El Arzobispado de Mendoza sorprendió a la comunidad religiosa hace unas semanas al notificar que dos párrocos que se desempeñaban en la provincia no contaban con autorización para “ejercer su ministerio pastoral”. No se trata de cualquier sacerdote: uno de ellos, Andrés Quiroga, es el mismo que protagonizó un escándalo en Santa Fe, al echar a dos policías de misa durante las restricciones por la cuarentena.
Desde el clero de Venado Tuerto confirmaron que el párroco es oriundo de Mendoza y regresó después de casi 14 años.
De acuerdo con un documento emitido por el Arzobispado local se trata de párrocos que no pertenecen a la curia mendocina y que no están autorizados para ejercer la actividad religiosa.
Se trata de los presbíteros Gustavo Daniel Caro y Andrés Quiroga. “No tienen ningún tipo de autorización para ejercer su ministerio pastoral” en la jurisdicción.
La Arquidiócesis mendocina consideró que se trataba de “graves irregularidades”, porque ninguna de las personas mencionadas estaba habilitada para encabezar ritos católicos ni impartir los sacramentos.
Según indicaron en el comunicado, la reacción surgió por las advertencias que llegaron a los responsables de la Iglesia para que impidan que Caro, del clero de La Pampa, y Quiroga, del de Venado Tuerto, Santa Fe, encabecen misas, realicen confesiones o asistan matrimonios.
”El padre Cristian Caro no tiene licencias ministeriales en su diócesis de origen ni tampoco aquí en Mendoza”, afirmaron las autoridades.
En cuanto a Quiroga, aclararon que está en la jurisdicción por “razones de salud”, de las que no se brindaron detalles. “No tiene licencias ministeriales para presidir la Santa Misa en ninguna capilla ni en su casa, ni recibir confesiones, ni administrar los restantes sacramentos o asistir matrimonios en esta Arquidiócesis”, remarcó el comunicado.
En el texto explicaron que decidieron exponer la información “ante distintas consultas efectuadas” y para “prevenir todo tipo de oportunismos, malos entendidos” o que los fieles se puedan ver “sorprendidos en su buena fe”.
Esta no es la primera ocasión en la que uno de los sacerdotes apuntados, Andrés Quiroga, queda en el centro de polémicas a nivel público.