El Gobierno completará en las próximas horas el pago de USD 1.000 millones de vencimientos al Fondo Monetario Internacional a la espera del comienzo de la primera revisión trimestral de metas que harán los técnicos del organismo para evaluar si el Ejecutivo cumplió los objetivos de política económica del programa firmado en marzo. Economía asegura que los cumplió todos, lo cual lo habilitaría a recibir un segundo desembolso desde Washington, por una suma superior a los USD 4.100 millones.
El calendario de pagos al FMI, además de los giros trimestrales más “pesados”, que tienen lugar a fines de marzo (ya pagado), junio, septiembre y diciembre, por una suma cercana a USD 2.700 millones en cada caso, también incluye una serie de compromisos “intermedios” entre cada una de las fechas clave, con pagos más acotados.
La hoja de ruta prevé giros al organismo por un total de USD 1.000 millones. Una parte de ese pago ya se realizó el viernes. Ese día las reservas cayeron unos USD 400 millones. El resto se registrarán en los próximos días en la cuenta del colchón de divisas del Banco Central.
Este pago al Fondo Monetario tendrá lugar pocos días después de la primera evaluación del staff técnico a las cuentas públicas. La misión estaba prevista para mediados de junio, pero desde la aprobación del programa económico en el directorio en Washington, las partes acordaron anticipar una mes la revisión, debido a la coyuntura económica global y cómo algunos sucesos trastocaron proyecciones originales del Extended Fund Facility, denominación del tipo de crédito utilizado.
Esa misión del FMI revisará el resultado fiscal, el de acumulación de reservas y de emisión monetaria, objetivos que fueron cumplidos según anticipó el Poder Ejecutivo y que le darían así el derecho a contar con un nuevo desembolso superior a los USD 4.100 millones para afrontar los pagos de vencimientos de deuda con el propio organismo.
El Fondo Monetario Internacional admitió que deberá revisar la proyección de inflación de 48% como tope que había establecido en el programa económico en acuerdo con el Gobierno argentino, ante las perspectivas de una suba de precios anual mucho más alta.
Según explicó la semana pasada el director del Departamento del Hemisferio Occidental Ilan Goldfajn, el FMI no permitirá cambios en las metas del programa, es decir el recorte del déficit primario, la monetización del rojo fiscal y el acopio de divisas en el Banco Central. “El programa tiene supuestos y tiene objetivos. La inflación es un supuesto y los supuestos pueden cambiar por los nuevos shocks de la economía global”, adelantó el funcionario.
Para reforzar su idea, Goldfajn descartó la chance de reconsiderar los objetivos macroeconómicos del programa. “Buscamos priorizar medidas para asegurar que los objetivos del programa sean alcanzados. (Las metas) no van a cambiar, vamos a dar apoyo (al Gobierno) para priorizar para cumplir los objetivos del programa”, insistió el funcionario, uno de los que encabezó la negociación técnica con el ministro de Economía Martín Guzmán.
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