La carta con el nuevo "renunciamiento" de la vicepresidenta Cristina Kirchner, minutos después de finalizado el Congreso nacional del Partido Justicialista, ahogó el clamor de la dirigencia peronista presente en el microestadio de Ferro para pedir por su candidatura.
Posiblemente apenas un puñado de incondicionales de la vicepresidenta conocía de antemano la decisión que ella guardaba bajo cuatro llaves (¿Eduardo "Wado" de Pedro? ¿Axel Kicillof?), pero lo cierto es que el anuncio por Facebook amargó el ánimo de una tropa dirigente que había ido a expresar el sentimiento general de la militancia peronista, ya sea por deseo o por necesidad política.
Fue un congreso inusualmente breve, de cerca de una hora, que exhibió la silla vacía de su titular, el presidente Alberto Fernández, quien había dejaba abierta la posibilidad de hacerse presente con demora.
El cónclave, que empezó dos horas y media más tarde de lo programado, dejó sabor a poco, si bien no se esperaban grandes definiciones políticas, ya que el centro gravitante de la estrategia electoral pasaba y pasará por el Instituto Patria, donde manda la jefa del kirchnerismo.
Apenas se dejaron ver algunos retazos de política, como por ejemplo la convocatoria que hizo el ex presidente del PJ bonaerense y actual presidente del Banco Provincia Gustavo "Tano" Menéndez a plegarse a la movilización que el kirchnerismo prepara para el 25 de mayo en la avenida 9 de Julio. En esa marcha la consigna principal iba a ser "Cristina presidenta", por lo que se verá cómo se reperfilará la convocatoria a partir de este renunciamiento.
No fue el "Día de los Inocentes", pero se le pareció bastante, porque con el discurso del ex intendente de Merlo los centenares de congresales reunidos en el microestadio Héctor Etchart empezaron a corear "Cristina presidenta" a todo pulmón, y desde el escenario los referentes agitaban con arengas.
Tampoco se resolvió si la coalición que tiene el PJ como columna vertebral seguirá utilizando el nombre "Frente de Todos", una marca que no pudo consolidar una imagen positiva en la sociedad luego de tres años y medio de gobierno de Alberto Fernández.
La protocolar autorización al partido a realizar alianzas políticas con otras fuerzas políticas fue el único saldo concreto de la tarde. Y otro elemento destacable es que la organización del Congreso estuvo llamativamente a cargo del ministro de Interior, Wado de Pedro, lo cual permite entrever que la vicepresidenta le reserva al alto funcionario del Gobierno y referente de La Cámpora un rol importante en la conformación de las fórmulas presidenciales.
Antes de comenzar el evento, la ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, fue la única que se animó a conjeturar un escenario electoral sin Cristina Kirchner en el mapa de candidaturas. El resto de la dirigencia no quería o no podía hablar de un plan B.
La platense colocó a Alberto Fernández (a quien como si se tratara de un fantasma incómodo prácticamente nadie nombró durante toda la jornada) como el encargado junto a la vicepresidenta de diseñar la estrategia electoral, que según ella desembocará en una PASO con competencia entre distintas fórmulas.
En esa línea, nombró al dirigente social cristinista Juan Grabois, al embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli y al jefe de Gabinete, Agustín Rossi; los tres referentes del FdT ya dejaron en claro sus intenciones por competir en la interna del oficialismo.
Tolosa Paz resaltó que ni De Pedro ni el ministro de Economía, Sergio Massa, expresaron sus intenciones públicamente, pero afirmó que junto a Kicillof serán parte de la estrategia electoral.
"(Habrá que definir) qué equipo va a jugar en la órbita nacional; qué equipo va a jugar en la Provincia; quiénes vamos a ser partícipes de ese partido, quiénes iremos al banco; quiénes iremos de titular o de arqueros", sostuvo la platense, una de las pocas dirigentes que interpretó correctamente las palabras de Cristina Kirchner del 6 de diciembre del año pasado, cuando había asegurado que no sería "candidata a nada" porque no iba a someterse a ser "mascota del poder" ni llevar al peronismo a la injusticia de competir con una candidata "proscripta" y vilipendiada por la Justicia.
Del acto fueron de la partida el presidente del Congreso partidario, Gildo Insfrán, otros gobernadores como el mencionado Kicillof (Buenos Aires), Juan Manzur (Tucumán), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca) y Alicia Kirchner (Santa Cruz); miembros del Gabinete nacional como Agustín Rossi (Jefe de Gabinete), Santiago Cafiero (canciller), Tolosa Paz (Desarrollo Social), Jorge Taiana (Defensa), Kelly Olmos (Trabajo), Martín Soria (Justicia), Daniel Filmus (Ciencia) y Julio Vitobello (secretaria general de la Presidencia).
También dirigentes sindicales como Antonio Caló, Ricardo Pignanelli, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri y Abel Furlán; la directora de ANSES, Fernanda Raverta; la vicegobernadora bonaerense, Verónica Magario; los ministros bonaerenses Cristina Álvarez Rodríguez (Gobierno) y Andrés Larroque (Desarrollo de la Comunidad); diputados nacionales como Paula Penacca y José Luis Gioja; el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza; la diputada bonaerense Teresa García.
"Tenemos la posibilidad de llegar a la elección competitivos porque la oposición hoy no es solamente un partido político, hoy es la Justicia, son ciertos medios de comunicación que desinforman y generar odio sobre algunas figuras, en especial sobre Cristina", sostuvo Álvarez Rodríguez en diálogo con NA.
Por su parte, Gioja resaltó que el peronismo está "transitando un camino de unidad y cuando hay unidad el éxito es lo que viene".
"Vamos a empezar a construir el éxito y cerrar las puertas a esta derecha cruel, neoliberal que no le interesa la solidaridad. Hay que buscar los mejores candidatos y candidatas", sumó el sanjuanino, precandidato a gobernador de su provincia.