El Banco Mundial proyectó que la economía argentina crecerá 4,2% en 2022 y lo hará en un 2% en 2023, según el último informe regional publicado este martes por el organismo multilateral.
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El mismo día que fue ratificado por el presidente Alberto Fernández al frente del Banco Central, Miguel Pesce protagonizó un fuerte cruce con el Ministerio de Economía a cargo de Sergio Massa.
En una conferencia de prensa, el economista jefe para América Latina y el Caribe, William Maloney, presentó en la mañana el informe económico regional del Banco Mundial denominado "Nuevos enfoques para cerrar la brecha fiscal", que examina las perspectivas de crecimiento "en medio de los extraordinarios desafíos derivados de la pandemia y la creciente incertidumbre mundial".
La proyección del 4,2% para el corriente año representa una leve baja -de tres décimas- respecto a la prevista en junio pasado por el organismo, cuando estimó una mejora de 4,5%.
El cálculo de junio representó un fuerte incremento frente a la previsión anterior -informada en abril pasado- cuando estimó que la actividad económica iba a ser de 3,6% este año.
"Estamos con la esperanza de que el programa de préstamos por US$ 45.000 millones con el FMI va a seguir en los rieles, lo estamos apoyando" con la estrategia plurianual del Banco Mundial, que implica un desembolso anual de US$ 2.000 millones, afirmó Maloney sobre la Argentina.
En este sentido, continuó, "dentro de este plan (con el FMI) la idea es bajar la inflación y mantener el presupuesto fiscal sano, con lo cual es temprano aún para hablar de hiperinflación", consideró al ser consultado por la prensa sobre esa posibilidad.
Este año, el Banco Mundial lleva aprobados US$ 1.100 millones en nuevos proyectos y reconfirmó otros US$ 900 millones para los próximos seis meses, tras el apoyo de la entidad luego del encuentro que mantuvieron el ministro de Economía, Sergio Massa, con el director gerente de Operaciones del Banco Mundial, Axel Van Trosenburg, en septiembre último, durante la gira del funcionario argentino en Washington.
Respecto de los daños de la inflación en la Argentina y en la región, se refirió al impacto en los jóvenes y niños y sostuvo que en "la región muchos alumnos perdieron 1,5 años de educación, es muy preocupante, por las razones de eficiencia y productividad pero obviamente por equidad", dijo.
Al respecto, sugirió tomar en cuenta ejemplos de la región con transferencias condicionadas, "como el programa en Brasil en las escuelas", consideró.
En cuanto al crecimiento proyectado para la Argentina este año, consideró que "fue por el impacto en el crecimiento de las materias primas", pero advirtió que el año próximo se espera una desaceleración del país, precisamente porque se espera una baja en los precios de los commodities", dijo el funcionario, lo mismo que sucederá a otros países de la región.
Maloney, que presentó el informe regional apenas unos días antes de la celebración de la Asamblea Anual del FMI y del Banco Mundial en Washington que tendrá lugar la semana próxima, enfatizó que las economías de América Latina y el Caribe recuperaron sus niveles prepandemia y la región recobró cierta sensación de normalidad, aunque la economía debe reactivarse para evitar un nuevo ciclo de bajo crecimiento.