La ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, presentó un plan de acción para combatir a la extrema derecha. Las medidas tienen como objetivo ir contra sus fuentes de financiación. La decisión se tomó tras varias movilizaciones populares que se llevaron a cabo contra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). En enero, salió a la luz una reunión secreta de extremistas de derecha para coordinar acciones contra migrantes y generó que gran parte de la sociedad saliera a protestar a las calles. Las movilizaciones fueron apoyadas por el el jefe de Gobierno alemán, el canciller federal Olaf Scholz. En conferencia de prensa en Berlín, Faeser detalló las medidas para luchar contra lo que considera ser "la mayor amenaza para el orden democrático". En primer lugar, aseguró que lo que quieren es "destruir las redes de extrema derecha". Para eso, explicó que quieren "privarlas de sus ingresos y quitarles las armas", informó la agencia de noticias AFP. En el documento se incluye la creación de una "unidad de detección precoz" de posibles manipulaciones desde el exterior y campañas de influencia, contó Feaser sobre la propuesta. El plan forma parte de un paquete de 13 medidas que la ministra presentó junto con los directores de Inteligencia Interior y Policía. En ese sentido, buscarán ampliar las competencias de la Oficina Federal de Protección de la Constitución para que combata más fácilmente las fuentes de financiación de las redes de extrema derecha. Según explicó la ministra, con una modificación de la legislación sobre los servicios secretos, alcanzaría para cerrar cuentas bancarias ya que se alegaría la posibilidad de una "amenaza potencial" al orden público. En el nuevo documento, el Gobierno alemán afirma que los extremistas de derecha quieren minar la confianza en la estabilidad y la capacidad de actuación del Estado y sostiene que comparten este objetivo con algunos actores extranjeros que también tienen interés en debilitar la democracia.
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Casi 29.000 palestinos murieron en ataques israelíes
Decenas de palestinos murieron en las últimas 24 horas en nuevos bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, mientras el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó a Israel de "genocidio" y comparó la ofensiva contra Hamas en Gaza con la campaña del líder nazi Adolf Hitler para exterminar a los judíos. Al menos 28.985 palestinos, la mayoría adolescentes, mujeres y niños, murieron y al menos 68.883 personas resultaron heridas en ataques israelíes en la Franja de Gaza desde el comienzo de la ofensiva de Israel contra Hamas, informó el Ministerio de Salud del movimiento islamista que gobierna el enclave desde 2007. La ofensiva militar israelí en Gaza comenzó luego de que el 7 de octubre, milicianos de Hamas irrumpieron en el sur de Israel, mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otros 240, incluyendo a una veintena de argentinos. Actualmente, continúa en cautiverio la mitad de ellos. También, las autoridades palestinas y la Organización Mundial de la Salud (OMS) hicieron sonar las alarmas al alertar que el Hospital Nasser, el segundo más grande de la Franja de Gaza, dejó de funcionar y que aún tiene 200 pacientes que todavía necesitan ser atendidos y 20 de ellos tienen que ser trasladados de formar urgente, según la agencia de noticias AFP. Decenas de palestinos murieron en las últimas 24 horas en nuevos bombardeos israelíes en la Franja de Gaza, mientras el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, acusó a Israel de "genocidio" y comparó la ofensiva contra Hamas en Gaza con la campaña del líder nazi Adolf Hitler para exterminar a los judíos. Al menos 28.985 palestinos, la mayoría adolescentes, mujeres y niños, murieron y al menos 68.883 personas resultaron heridas en ataques israelíes en la Franja de Gaza desde el comienzo de la ofensiva de Israel contra Hamas, informó hoy el Ministerio de Salud del movimiento islamista que gobierna el enclave desde 2007. La ofensiva militar israelí en Gaza comenzó luego de que el 7 de octubre, milicianos de Hamas irrumpieron en el sur de Israel, mataron a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a otros 240, incluyendo a una veintena de argentinos. Actualmente, continúa en cautiverio la mitad de ellos.