La ministra del Interior de Alemania, Nancy Faeser, presentó un plan de acción para combatir a la extrema derecha. Las medidas tienen como objetivo ir contra sus fuentes de financiación. La decisión se tomó tras varias movilizaciones populares que se llevaron a cabo contra el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD). En enero, salió a la luz una reunión secreta de extremistas de derecha para coordinar acciones contra migrantes y generó que gran parte de la sociedad saliera a protestar a las calles. Las movilizaciones fueron apoyadas por el el jefe de Gobierno alemán, el canciller federal Olaf Scholz. En conferencia de prensa en Berlín, Faeser detalló las medidas para luchar contra lo que considera ser "la mayor amenaza para el orden democrático". En primer lugar, aseguró que lo que quieren es "destruir las redes de extrema derecha". Para eso, explicó que quieren "privarlas de sus ingresos y quitarles las armas", informó la agencia de noticias AFP. En el documento se incluye la creación de una "unidad de detección precoz" de posibles manipulaciones desde el exterior y campañas de influencia, contó Feaser sobre la propuesta. El plan forma parte de un paquete de 13 medidas que la ministra presentó junto con los directores de Inteligencia Interior y Policía. En ese sentido, buscarán ampliar las competencias de la Oficina Federal de Protección de la Constitución para que combata más fácilmente las fuentes de financiación de las redes de extrema derecha. Según explicó la ministra, con una modificación de la legislación sobre los servicios secretos, alcanzaría para cerrar cuentas bancarias ya que se alegaría la posibilidad de una "amenaza potencial" al orden público. En el nuevo documento, el Gobierno alemán afirma que los extremistas de derecha quieren minar la confianza en la estabilidad y la capacidad de actuación del Estado y sostiene que comparten este objetivo con algunos actores extranjeros que también tienen interés en debilitar la democracia.
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Confirmaron un caso de peste bubónica en EEUU
La peste bubónica, también llamada peste negra, fue una de las enfermedades más letales de la Edad Media. Pero otra vez es noticia en pleno Siglo XXI, al conocerse un caso reciente en Estados Unidos. La infección bacteriana (Yersinia pestis) poco frecuente, pero grave transmitida por roedores y pulgas, fue detectada en un gato y su dueño en el condado de Deschutes, estado de Óregon. El paciente se habría contagiado al interactuar con su gato doméstico después de que el animal desarrollase síntomas. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC,por sus siglas en inglés), la forma más habitual de contagio de la peste bubónica en los seres humanos es a través de las mordeduras de pulgas transportadas por animales. Las mascotas también pueden contagiarse al adquirir las pulgas tras entrar en contacto con animales salvajes, como los roedores que el gato del paciente ha podido cazar. Si el animal enferma por la picadura del insecto, podrá transmitir la enfermedad a sus dueños por el contacto con tejidos o fluidos corporales, como las gotículas exhaladas al estornudar. Estadísticamente, los gatos son una de las especies más susceptibles de convertirse en vector de contagio de la peste, ya que buscan activamente roedores libres que cazar, y su sistema inmune es particularmente débil frente a la infección.