La guerra entre Israel y el movimiento islámico libanés Hezbollah escaló con nuevos ataques cruzados y amenazas. El grupo chiíta proiraní reivindicó el lanzamiento de una oleada de proyectiles y drones contra varios asentamientos y objetivos militares en el norte de Israel. A su vez, las Fuerzas de Defensa israelíes prosiguieron con sus intensos bombardeos contra varias localidades del sur y el este del Líbano. En ese escenario de creciente violencia, el ejército israelí afirmó que en un bombardeo en un suburbio de Beirut mató al jefe de la unidad de drones de Hezbollah, Mohamed Srur. “Gracias a indicaciones de inteligencia precisas de la Fuerza Aérea y de la División de Inteligencia, aviones de combate atacaron y eliminaron (a Srur), el comandante de la unidad aérea de Hezbolá, en Beirut”, informó un comunicado castrense. Desde Nueva York, a donde llegó para participar en la asamblea general de la ONU, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que su país “seguirá golpeando a Hezbollah con todo su poder” y afirmó que no parará “hasta alcanzar todos” sus objetivos.
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