Donald Trump está preocupado. Llama “comunista” a su nueva adversaria, Kamala Harris, y hasta se burla de sus carcajadas. “Tiene risa de loca”, afirmó el candidato presidencial republicano en un intento por contrarrestar la aparente seducción que las sonoras risotadas de la actual vicepresidenta están teniendo sobre el electorado. Hoy, los sondeos vaticinan un escenario más favorable para los demócratas. Kamala es, ligeramente, la favorita. Tras quitarse el “lastre” que significaba la débil postulación de Joe Biden, el Partido Demócrata prepara su convención con otros aires, lejos del pesimismo que reinaba hasta hace pocas semanas. Bajo fuertes medidas de seguridad, la cúpula del poder liberal se reunirá desde este lunes hasta el jueves en la ciudad de Chicago. Será una convención formal en la que Harris aceptará la postulación presidencial y escuchará el respaldo de los pesos pesados del partido, como Barack Obama o Hillary Clinton. Trump, golpeado por el avance de su rival en los sondeos, tratará de quitar el foco mediático de la convención demócrata con una agresiva semana de campaña que lo llevará por los estados claves de Pensilvania, Míchigan, Carolina del Norte y Arizona, a dos meses y medio de las elecciones del 5 de noviembre.
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