Nexos Invisibles  “El vínculo Eterno”

Nexos Invisibles “El vínculo Eterno”

Corría el año 1905, y la comunidad científica estaba efervescente; había llegado la teoría de la relatividad y nada volvería a ser igual. La velocidad de la luz se convertiría en la piedra angular de la teoría y  Einstein afirmaba: “Nada en el universo se puede mover más rápido que la luz”.

Pero siempre existe un Dr. Doom, un científico que no se doblega ante el status quo, y que la palabra nada y nunca, no existen  en su vocabulario.
Erwin Schrödinger,  expone un modelo matemático, que contradecía al genio del siglo XX, diciendo: “Dos partículas, entrelazadas, se vuelven dependientes una de la otra, de tal manera que el estado de una afecta instantáneamente al estado de la otra, sin importar la distancia que medie entre ellas”.

Cuando Schrödinger habla del tiempo, definiéndolo como “instantáneo”, viola los principios que rigen nuestra existencia, nada es instantáneo…… ¿o sí?  .
Parece complejo, pero les daré un ejemplo: tomen una partícula, por ejemplo, un electrón, divídanlo a la mitad, creando de una misma partícula, dos, una A y una B. Una vez obtenidas estas dos partículas “hermanas”, las separan; a una la ubican en un laboratorio en Japón y a la otra en Estados Unidos, comenzando así un experimento fantástico.

Ambas partículas giran en sentido horario, los investigadores, para inducir un cambio  someten a la partícula A  que está en Japón a una descarga eléctrica, que la  obliga  a cambiar su giro a sentido anti horario .Lo que sucedió luego, conmocionó a la comunidad científica.
 La partícula B, ubicada en EEUU a 10.173 km de distancia, comenzó a girar en forma anti horaria igual que su hermana A ubicada en Japón. 
El hilo invisible   que unía  estas dos moléculas y   transmitía los cambios, violaba la teoría de la relatividad, ya que el impulso viajaba de una molécula a la otra, a una velocidad mayor que la de la luz.
Era tal la velocidad del impulso, que los relojes atómicos de máxima precisión la registraban como 0 minutos y 0 segundos en tiempo de respuesta, la reacción era instantánea.

Este fenómeno, que parece un relato de ciencia ficción, fue corroborado en 1982 por el físico francés Alain Aspect, quien confirmó la existencia del “Entrelazamiento Cuántico”.
Nacidas de una misma matriz y separadas por el hombre,  quedaron perpetuamente unidas en el mundo cuántico, lo que le pasa a una, repercute en la otra  de forma instantánea, un hecho fascinante.

Los interrogantes fluyen ávidamente: ¿Cómo se establece esta unión? ¿Esta relación casi mágica es solo para las partículas elementales o todo lo que habita en el universo está sujeto a estas leyes cuánticas?
Una vez más, los invito a que duden de todo y ver el lazo de lo desconocido, suspendido en el tiempo, tratando de aferrar posibilidades que van más allá de la comprensión humana y quizás considerar  la existencia de entrecruzamientos a nivel biológico o espiritual  que sigan las reglas cuánticas 
 
Estados Unidos, año 1979, dos hombres se encuentran, Jim Lewis y Jim Springer.
Eran gemelos separados al nacer y adoptados por dos familias diferentes, un hecho que parece poco relevante para nuestra teoría de entrelazamiento, pero que de forma sutil dejara ver  ese hilo cuántico  que unía a la partícula A y B, y si bien su velocidad es más lenta, su  relevancia  es formidable.

Ambas familias adoptantes las cuales no se conocían,  los bautizaron con el  nombre Jim, en su niñez ambos tenían un perro al que llamaron Toy, disfrutaban de las matemáticas y sus pasatiempos  eran los mismos, la carpintería.
Hasta aquí podríamos interpretar que la genética y el azar nos llevaron a estas coincidencias. 
Pero en sus vidas adultas ambos se casaron con mujeres que se llamaron Linda, se divorciaron y se volvieron a casar, y sus segundas esposas se llamaron  Betty. Ambos tuvieron dos hijos y los bautizaron con los mismos nombres: James y Allan. 
Como epílogo a esta cadena de entrecruzamientos, eligieron el mismo trabajo, los dos eran oficiales de policía.
Los gemelos Jim, separados al nacer, podrían demostrar que el entrelazamiento cuántico no solo conecta partículas, sino también podrían conectar vidas humanas. Su historia, sugiere  que hay fuerzas invisibles que aún no comprendemos, uniendo destinos de maneras que desafían nuestra comprensión.
 
Así que, cuando te sientas triste y no sepas por qué, o cuando despiertes alarmado por las noches sin causa aparente, considera que quizás tu gemelo cuántico pueda estar necesitándote en algún lugar del universo…

Autor: Juan Pablo Quintanal
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