Una de las prácticas más comunes y más peligrosas es la reutilización de contraseñas. Aunque resulta cómodo y sencillo utilizar la misma clave para diferentes servicios, este hábito puede abrir las puertas a los ciberdelincuentes y generar un efecto devastador en nuestras cuentas.
Esta ‘solución’ se hace cada vez más evidente cuando tenemos que recordar decenas de contraseñas de todas las cuentas y aplicaciones en las que se nos pide crear un usuario. Siendo el camino más fácil para controlar los perfiles, pero dejando de lado la verdadera seguridad que tiene una contraseña.
Cuál es el peligro de la reutilización de contraseñas
La reutilización de contraseñas es una práctica generalizada que consiste en emplear la misma clave para múltiples plataformas o servicios. Imagina, por ejemplo, que utilizas la misma contraseña para tu cuenta de correo electrónico, redes sociales, plataformas de comercio electrónico y cuentas bancarias. Si uno de esos servicios sufre una fuga de datos y los ciberdelincuentes logran acceder a tu contraseña, tendrán acceso no solo a esa cuenta específica, sino también a todas las demás que comparten la misma clave.
Además, en caso de que los ciberatacantes accedan a estas cuentas con la misma contraseña, será más difícil poder recuperarlas porque ellos suelen modificar los accesos para tomar el control de los perfiles y las consecuencias son graves, si tenemos datos personales allí almacenados o dinero
Otro de los grandes errores al crear una contraseña es recurrir a claves fáciles de recordar o antiguas. Muchos usuarios tienden a reutilizar contraseñas del pasado o simplemente cambian pequeños detalles, como añadir un número al final o sustituir una letra por un símbolo.
Este tipo de contraseñas son fácilmente adivinables y ofrecen poca resistencia frente a los ataques de los ciberdelincuentes. Por ejemplo, contraseñas como “Juan1990″, “Perro123″, o variaciones como “Quesadilla4″ y “Quesadilla5″ se basan en patrones predecibles que los atacantes pueden deducir rápidamente.
Además, al utilizar contraseñas vinculadas a información personal, como nombres de mascotas, fechas de nacimiento o direcciones, estamos ofreciendo a los hackers una ventaja considerable. Hoy en día, con el acceso a redes sociales y otras plataformas, los ciberdelincuentes pueden recopilar información sobre nuestras vidas y utilizarla para adivinar nuestras contraseñas.
Cómo crear una contraseña segura
Para evitar estos riesgos, es fundamental seguir ciertas prácticas recomendadas al momento de crear nuestras contraseñas. A continuación, te ofrecemos algunos consejos clave:
Utiliza contraseñas únicas para cada cuenta: esto garantiza que, en caso de que una cuenta sea hackeada, las demás se mantendrán seguras. La reutilización de contraseñas aumenta el riesgo de un ataque masivo a todas tus cuentas.
Crea contraseñas robustas: una contraseña segura debe incluir una combinación de letras mayúsculas y minúsculas, números y símbolos. Además, debe tener al menos 12 caracteres. Evita el uso de palabras comunes o información personal, como nombres, fechas de nacimiento o direcciones.
No reutilices contraseñas antiguas: cambiar tu contraseña por una antigua o hacer pequeñas modificaciones, como agregar un número al final, no es suficiente para garantizar tu seguridad. Los atacantes pueden predecir estas variaciones con facilidad.
Utiliza un gestor de contraseñas: con la gran cantidad de cuentas que manejamos hoy en día, recordar todas nuestras contraseñas puede ser complicado. Por eso, es recomendable usar gestores de contraseñas que te permiten generar y almacenar contraseñas seguras sin tener que recordarlas todas.
Activa la autenticación en dos factores (2FA): la autenticación en dos pasos añade una capa adicional de seguridad, ya que, incluso si un atacante consigue tu contraseña, necesitará un segundo código para acceder a tu cuenta. Este código suele enviarse por SMS o se genera a través de aplicaciones como Google Authenticator.