Este tipo de cáncer es el tercero más diagnosticado entre la población femenina entre 15 y 45 años. A pesar de que es una enfermedad prevenible, continúa siendo un problema significativo de salud pública.
En la Argentina, según el Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino, cada año se diagnostican alrededor de 4500 nuevos casos y ocurren 2000 decesos de mujeres por esta causa.
Se trata de una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes, ya que el origen principal es el contagio del virus del papiloma humano (VPH), que se da por contacto sexual.
Cuando el VPH ingresa al organismo, el sistema inmunológico lo ataca y puede desaparecer sin causar infección, pero en un 10% de los casos, la infección persiste, puede ocasionar lesiones precancerosas y evolucionar a cáncer de cuello de útero.
Diagnóstico y tratamiento
El Programa de Ginecología del hospital San Bernardo tiene especialidad oncológica. Allí se atienden consultas, se realizan diagnósticos y también se reciben derivaciones desde diferentes hospitales de la provincia para tratamientos.
De este programa dependen los consultorios de ginecología general, patología mamaria, Papanicolaou y colposcopia y uroginecología.
La detección de células cancerosas se realiza a través del Servicio de Citodiagnóstico, que centraliza las lecturas de Papanicolaou de toda la provincia, a excepción de las de pacientes del hospital Materno Infantil.
También el hospital Materno Infantil y centros de salud de su dependencia trabajan en la prevención del cáncer de cuello de útero, efectuando controles ginecológicos y aplicando la vacuna contra el VPH.
Cuando se detecta la enfermedad, el equipo médico evalúa el caso y determina el tratamiento o indica el procedimiento quirúrgico, si correspondiere.
En el año 2021, este hospital realizó 4476 pruebas de Papanicolaou y 103 procedimientos de extirpación electroquirúrgica.
Prevención
La infección por VPH es más habitual en mujeres jóvenes, que tienen sus primeras relaciones sexuales, y en adultas, durante la menopausia. Por ello, una de las medidas de prevención más eficaces es la vacuna, que se coloca en forma gratuita a los 11 años de edad, tanto a mujeres como a varones.
Se recomienda el uso de preservativo en las relaciones sexuales, como barrera para evitar el contagio.
Una persona con el sistema inmunológico debilitado es más proclive a contraer infecciones, por lo que para estar saludable se recomienda consumir alimentos ricos en fibras y vitaminas, evitando las grasas, mantener correcto hábito de sueño, evitar el tabaco y hacer actividad física regular para controlar el estrés.
La detección temprana de anomalías, mediante el examen de Papanicolaou, permite realizar tratamiento y evitar el cáncer de cérvix uterino. Se recomienda esta práctica a toda mujer a partir de los 25 años y la consulta ginecológica periódica.