Como consecuencia de la crisis global generada por la invasión rusa a Ucrania, la inflación anual en el Reino Unido fue de casi 10,5% y los precios de los alimentos y la energía continúan en un espiral ascendente.
En ese contexto, miles de trabajadores británicos salieron a las calles a reclamar aumentos salariales, con los docentes como principal grupo de protesta: en varios lugares pudieron verse a niños y jóvenes que se sumaron a los reclamos en su condición de alumnos.
Se calcula que unas 20 mil escuelas de Inglaterra y Gales se verán afectadas por el primero de siete días de huelgas convocados para febrero y marzo por profesores de educación primaria y secundaria.
En los próximos días y semanas se prevén más movilizaciones, incluidas las que realizarán enfermeros y conductores de ambulancias.
La población británica se acostumbró a vivir en los últimos meses con un elevado nivel de conflictividad en las calles debido a la pelea entre los sindicatos y el Gobierno respecto de la puja entre salarios y condiciones laborales.
La última vez que se produjeron paros masivos de esta magnitud en el el Reino Unido fue en 2011, cuando más de un millón de trabajadores del sector público protagonizaron una protesta de un día debido a un conflicto sobre las pensiones: justamente ese tema fue el que también movilizó a miles de personas en París en los últimos días, en rechazo a la reforma previsional que impulsa el Gobierno de Emmanuel Macron.
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