Los Gobiernos de Estados Unidos y Reino Unido siguieron los pasos de la Unión Europea, que anunció sanciones directas en contra del presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, como parte de la presión internacional por la invasión a Ucrania. En Canadá, el primer ministro, Justin Trudeau, respaldó la salida de Rusia del sistema de pago internacional Swift.
La medida tomada por una parte de los países occidentales está orientada a congelar los bienes de ambas personalidades en esos países.
Entretanto, en el caso de Estados Unidos, la sanción se extiende a una prohibición para ingresar al país, aunque el presidente ruso podrá asistir a la sede de las Naciones Unidas ubicada en Nueva York.
“El paso que estamos dando, en alineación y coordinación con los europeos, envía un mensaje claro sobre la fuerza de la oposición a las acciones del presidente Putin y la dirección en su liderazgo del Ejército ruso”, dijo Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca.
La Unión Europea no prohibió el ingreso del líder ruso, ni a su ministro de Relaciones Exteriores, con la finalidad de que dicha sanción no interfiera con un posible diálogo.
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