España, Italia y una serie de países de Asia registraron en los últimos años un notable descenso en la tasa de natalidad, en algunos casos con mínimos históricos, aunque varios e ellos, como China o Japón, ensayan estrategias para revertir una tendencia que tiene consecuencias en el ámbito económico.
El crecimiento de la población cayó en 2020 por debajo del 1% anual por primera vez desde 1950, según el último informe de la ONU, que estimó que el planeta albergaría a 8.000 millones de personas en noviembre próximo.
En la actualidad, dos tercios de los 7.753 millones de habitantes que hay en el mundo viven en un país donde la tasa de fecundidad es inferior a 2,1 nacimientos por mujer, cifra que garantiza el reemplazo de la población que va falleciendo.
Este escenario plantea un desafío diferente al del siglo pasado, cuando las naciones se preguntaban cómo lidiar con el boom de las tasas de natalidad y crecimiento. Ahora, buscan alternativas para superar -al menos- el umbral de 1,5, que supone el inicio de un problema de sostenibilidad económica.
"Hay múltiples factores que intervienen en los aumentos o decrecimientos de la tasa de natalidad, y hay que tener en cuenta de qué manera se retroalimentan en cada uno de los contextos y países", explicó a Télam Fernando Manzano, economista y sociólogo, doctor en Demografía e investigador en Conicet.
"A grandes rasgos, se pueden encontrar ciertas regularidades en las regiones, aunque, incluso dentro de Europa, lo que pasa en Francia y Alemania varía porque median distintos tipos de Estado de bienestar y regulaciones. Aparte, no dejan de participar cuestiones culturales que son transversales, como el cambio en la conformación de la familia", precisó el investigador.
En Europa, los países más afectados por la recesión de 2008 reportaron una mayor caída en el índice de nacimientos, mientras que la tendencia es diametralmente opuesta en Alemania y los países nórdicos.
"La tasa de natalidad de los países europeos comenzó a bajar en la década del 80, luego se estabilizó, pero en el sur de Europa continental se experimentó un declive posterior que ha avanzado cada vez más rápido. El caso más ilustrativo es el de España, donde se observa un traslado del primer hijo a edades más avanzadas", detalló Manzano.
España transita el octavo año consecutivo de descenso en nacimientos y registra una tasa de fecundidad de apenas 1,25 hijos por mujer. En el primer semestre de 2022 nacieron 159.705 niños, la cifra más baja desde 1941.
Entre los principales argumentos esgrimidos, se destacan una formación académica que permita mejores oportunidades y la inestabilidad laboral, profundizada por la pandemia de coronavirus.
Otro ejemplo es el de Italia, cuya población en 2021 se redujo en 253.000 personas, hasta los 59 millones, la menor cifra desde la unificación italiana, en 1861.
Si la tasa de fecundidad se mantiene en el nivel actual de 1,2 hijos por mujer, en 40 o 50 años solo habrá 250.000 nacimientos al año, según la agencia de estadísticas italiana.
Para estimular el crecimiento, el Parlamento aprobó una ayuda mensual de 260 dólares del séptimo mes de embarazo a los 21 años y debate un proyecto que propone que los hijos de extranjeros nacidos en el país obtengan automáticamente la ciudadanía.
- Internacionales