Antes de asumir la presidencia el 20 de enero próximo, Donald Trump deberá escuchar la sentencia que el juez Juan Merchan le dictará el 26 de este mes tras ser hallado culpable por un escándalo sexual y falsificación de documentos de campaña. A esta altura nadie cree que el flamante presidente electo estadounidense irá a prisión, una de las posibilidades que podría barajar el magistrado. La pena máxima prevista es de cuatro años, lo que lo obligaría a mudar su despacho presidencial de la oficina Oval de la Casa Blanca a una celda. Un escenario más creíble sería una nueva y más extensa postergación de la pena, la aplicación de una multa o la libertad condicional.
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