Tras las elecciones presidenciales en las que Donald Trump resultó electo presidente, la Justicia de Estados Unidos definió poner en pausa el juicio en el que se lo acusa por intentar obstruir la certificación de votos de las elecciones de 2020. La decisión responde, principalmente, a que la política del Departamento de Justicia establece que un primer mandatario en ejercicio no puede ser investigado y, por tanto, la causa debería ser cerrada.
La jueza federal Tanya Chutkan, de Washington, aprobó una solicitud del fiscal especial Jack Smith, que lleva el caso, en la que se apuntaba que es necesario “dar tiempo al Gobierno a evaluar esta circunstancia sin precedentes y determinar el curso apropiado a seguir, en consonancia con la política del Departamento de Justicia”. Así, dio tiempo a la Fiscalía hasta el 2 de diciembre para que estudie sus posibilidades y presente sus deliberaciones sobre cómo seguir.
Con esta medida, la defensa del político ya no tendrá que concurrir ante las autoridades para pedir el cese del caso gracias a la inmunidad de la que gozan los ex presidentes, tal como estaba previsto para el 21 de noviembre próximo.
Trump, que este martes tuvo su revancha y logró volver a hacerse con la Casa Blanca, está siendo investigado por su actitud el 6 de enero de 2021 cuando, tras haber perdido frente a Joe Biden en aquellas elecciones, sus seguidores asaltaron el Capitolio. Precisamente, se lo acusa de haber instigado dichas acciones y de, a pesar de no resultar electo, estar “decidido a permanecer en el poder” y hacer todo lo necesario para ello.
El republicano, sin embargo, se declaró inocente de los cuatro cargos penales y aseguró que se trata de una “cacería de brujas” que el oficialismo ordenó en su contra, con el objetivo de sabotear su campaña. “Esto es simplemente un intento de interferir con las elecciones y de distraer al pueblo estadounidense de las catástrofes que Kamala Harris ha infligido a nuestra nación”, apuntó meses atrás.
Inclusive, durante su campaña, Trump hizo múltiples promesas de que despediría a Smith tan pronto pisara la Oficina Oval. “Es muy fácil, lo despediré a los dos segundos. Él será uno de los primeros asuntos en abordarse”, dijo al ser preguntado durante una entrevista a principios de mes.
Smith, por su parte, ya inició discusiones al interior del Departamento de Justicia para debatir cómo avanzar tanto en este como en el resto de los casos del Presidente electo, especialmente en el que se lo acusa de la tenencia y manejo inapropiado de documentos clasificados en Florida, que es también un caso federal.
La cadena NBC News, sin embargo, informó en las últimas horas que las autoridades son poco optimistas y dudan poder avanzar con ellos en el futuro próximo, aunque por el momento no se ha solicitado una pausa formal en el caso sobre las carpetas confidenciales.
En tanto, en el que se lleva en Nueva York, por la falsificación de registros comerciales para encubrir un pago a la actriz porno Stormy Daniels, y por el que ya se emitió una condena, el equipo de abogados del empresario buscará posponer de forma indefinida la cita de este 26 de noviembre, cuando se espera la lectura de la sentencia.