Vaca Muerta ya no es una promesa, es una realidad. Pero la situación actual configura ciertamente una foto de una película en desarrollo. El ministro de Energía y Recursos Naturales de Neuquén, Alejandro Monteiro, confirmó que la previsión de inversiones para este año alcanza los u$s8.000 millones. Las exportaciones totalizarían los u$s4.000 millones y estarían muy cerca de duplicar el desempeño del 2022. Y hay expectativas por la finalización del primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner.
La falta de divisas es uno de los problemas centrales en la coyuntura económica, desde hace años. Lo que abre la pregunta de si se trata de una dificultad coyuntural o más bien estructural. En cualquier caso, el magro desempeño de las exportaciones se ve agravado por la dependencia prácticamente exclusiva del sector agroindustrial, que ante circunstancias climáticas como la sequía que atraviesa el país, pone en riesgo la importación de insumos indispensables para sostener la producción local.
pesada. La maquinaria pesada importada tenía por destino operaciones en Vaca Muerta pero disparó la primera alerta por no coincidir sus valores con los informados en la operación de exportación desde Estados Unidos.
El crecimiento de la producción de hidrocarburos podría ser la salida del laberinto. La joya entre todos los proyectos es sin duda Vaca Muerta. El ministro de Monteiro le confirmó a Ámbito que la previsión de inversiones para este año alcanza los u$s 8.000 millones. De esta manera, Neuquén planea exportar unos u$s 4.000 millones entre petróleo y gas, lo que implica prácticamente duplicar los valores de 2022.
“Vaca Muerta está consolidado como proyecto, tenemos más de u$s35.000 millones invertidos en los últimos diez años. Lo que se ha alcanzado es comparable con los Estados Unidos en términos de efectividad y eficiencia”, le dijo el funcionario a este medio, durante la inauguración del nuevo Centro de Entrenamiento y Tecnología de la empresa de servicios petroleros DLS Archer. En ese sentido, sumó: “Tenemos un proyecto que económicamente es rentable y un recurso que es de primera clase. Tenemos que lograr transformar ese recurso en riqueza”.
Sobre este último punto, aparece como desafío la necesidad de generar políticas de Estado que garanticen cierto nivel de estabilidad para el sector. Este medio publicó semanas atrás un diálogo en exclusiva con el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, donde el líder del radicalismo pidió a sus legisladores que “aprueben el proyecto de GNL que se discutirá en el parlamento”.
Lejos de lo que indica cierto imaginario popular, la industria hidrocarburífera moviliza muchos otros sectores de la economía. Al margen de los proveedores metalúrgicos o de metalmecánica, crecen los servicios asociados a la actividad: empresas de salud, construcción, insumos, entre otros. En la Ciudad de Neuquén esperan la llegada de unas 1.000 empresas nuevas, se inaugurará un tercer parque industrial y están en etapa de desarrollo unos 97 edificios.
La reflexión de uno de los empresarios presentes en el acto de DLS que culmina con un proceso de inversión de más de u$s 25 millones, es elocuente: “Si con el nivel de incertidumbre que atravesó la economía estos años conseguimos acelerar así los niveles de producción, con tres o cuatro políticas de Estado y una macro estable, esto vuela”.
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