El dato del 6,6% de inflación en febrero del INDEC, la expectativa de que marzo puede ser incluso superior, y el compromiso con el FMI, le pusieron presión al Banco Central (BCRA), cuyo directorio encabezado por Miguel Pesce, se reunió para habilitar una suba en las tasas de interés de referencia y de los plazos fijos. En concreto, se elevó tres puntos la tasa, lo que lleva el rendimiento de los plazos fijos del 75% al 78% anual.
“El Directorio del Banco Central de la República Argentina actualizó la remuneración de los depósitos a plazo, llevándolos a un rendimiento de 78% nominal anual para el caso de los depósitos de hasta 10 millones de pesos de las personas humanas y de 69,5% nominal anual para el resto de los plazos fijos”, indica el comunicado oficial.
Asimismo, se mantendrán inalteradas las tasas de interés correspondientes a las líneas preferenciales para MiPyMEs y tarjetas de crédito. “La tasa de los pases a un día se ubicará en 72% nominal anual y se incrementó la tasa de las Leliq a 28 días a 78% nominal anual”, expresaron desde la autoridad monetaria.
Asimismo, desde el BCRA argumentaron que “continuarán monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar la política de tasas”.
En 2022, el Banco Central encadenó nueve subas consecutivas de tasa, la última en septiembre, y a fines de 2022 mostró rendimientos reales positivos. Es decir, al terminar el año, la tasa le ganó a la inflación. Eso por la desaceleración que mostró el IPC en noviembre (4,9%) y diciembre (5,1%).
Pero, como el IPC acumula en 13,1% de aumento en el primer bimestre de 2023, los analistas alertaron que el atractivo para “quedarse en pesos y no ir al dólar blue” quedó por debajo de la aceleración de precios. Aunque esa distancia son unas décimas, si se tiene en cuenta la tasa efectiva anual, la perspectiva es que la tasa sea negativa si se confirma una cifra de inflación mayor en marzo.
En las últimas jornadas, el ministro de Economía, Sergio Massa, y a los funcionarios del BCRA, analizaron redefinir los aumentos de las tasas para evitar que el peso continúe perdiendo contra los precios y, evitar que se refuerce la demanda de dólares.
Además, las tasas “positivas” en pesos son una de las exigencias del acuerdo con el FMI, que aprobó las metas de 2022 y está pronto a girar US$5300 millones, además de cambiar el objetivo de acumulación de reservas para este año por la sequía.
Previo al encuentro del directorio del BCRA, en el equipo económico había distintas visiones respecto a la conveniencia de subir hoy mismo las tasas. Principalmente, porque un mayor retorno por dejar inmovilizados a un determinado plazo, los pesos tendrían impacto en la actividad económica.
Por otra parte, el FMI sostuvo días atrás que se mantendrán positivas las tasas de interés en términos reales en caso de que persistan los altos números de inflación y comunicó que “las autoridades planean complementar a través de la oportuna racionalización de la política cambiaria”.
Las consecuencias de subir las tasas del BCRA
“Si bien una nueva suba de tasas ayudaría a contener presiones cambiarias y a combatir las elevadas expectativas de inflación, no todo es color de rosas”, destacó en un informe reciente la consultora Ecolatina. Estos son los dos impactos negativos de una decisión de este tipo:
Impacto cuasi fiscal. Una suba de tasas “aceleraría la emisión asociada a intereses de Leliq y Pases, e incrementaría el nivel de unos pasivos remunerados del BCRA que se encuentran en niveles sumamente elevados, aunque no aún con una dinámica explosiva”.
Encarecimiento del crédito al sector privado. “Un mayor nivel de tasas encarece el crédito y desincentiva el consumo, atentando contra el nivel de actividad económica”, agrega.