La Secretaría de Comercio citó a las empresas de consumo masivo y los supermercados que participan del programa Precios Justos para realizar un monitoreo del cumplimiento. Mientras intensifica los operativos de control, el Gobierno busca afianzar su plan para contener la inflación. Las consultoras estiman que el IPC rondó el 6% en febrero. En el sector industrial hay preocupación por el avance de los costos y señalan dificultades en el sistema de importaciones.
Fuentes oficiales confirmaron que durante la semana pasada comenzaron una serie de encuentros con empresas que continuarán durante los próximos días. Las firmas que desfilan por los despachos de Matías Tombolini son las que participan del programa Precios Justos, tanto fabricantes como supermercados. La intención oficial es monitorear el cumplimiento del programa que busca aplacar la inercia inflacionaria con una canasta de 2.000 productos congelados y otros 50.000 que se mueven con un tope de incrementos del 3,2%.
Mientras tanto, explican en el Gobierno, continúa la estrategia macro que tiene como pilares la acumulación de reservas y el orden fiscal. En ese sentido, toman como un dato positivo las negociaciones con los bancos por la deuda en pesos para despejar el horizonte financiero. También esperan de forma inminente novedades del Fondo Monetario Internacional con respecto a la revisión de la meta de reservas. Todo esto, señalan, podría colaborar con el objetivo de ir reduciendo la tasa de inflación.
El diálogo con las firmas de consumo masivo es habitual. De los dos lados del mostrador reconocen la voluntad de conversar. No obstante, las empresas ponen sobre la mesa algunos puntos de preocupación. El primero de ellos, el avance de los costos. “Todos nuestros costos están corriendo por encima del 3,2% y ese es el tope de aumentos que nos marcan a nosotros”, dijo a Ámbito el representante de una firma con mucho peso en las góndolas.
El otro punto prioritario en la agenda de los industriales es el de las importaciones. Allí hay dos cuestionamientos, el primero está vinculado a la velocidad para acceder a los dólares oficiales, algo que parece de difícil resolución en el marco de escasez de divisas que se ve agravado por los efectos de la sequía. El segundo tiene que ver con las dificultades operativas: “Es de difícil seguimiento, se vuelve engorroso”, señalaron desde una multinacional.
Sobre este último punto, el Gobierno viene trabajando en una herramienta para facilitar el acceso al estado de situación. La página de la AFIP cuenta ahora con un link directo donde el importador puede entrar y ver cuales son las solicitudes aprobadas. También implementarán un sistema de alertas por mensajes que serán enviados a los teléfonos celulares, aunque falta depurar la base de datos.
El escenario aparece repleto de limitaciones, en el frente fiscal, en el cambiario y también en el plano político. En línea con lo que marcó el índice de precios al consumidor de la Ciudad de Buenos Aires, las consultoras privadas estiman que en febrero el incremento promedio rondó el 6%. En la Casa Rosada creen que puede estar por debajo, pero por ahora eligen el bajo perfil.
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