En medio de la sequía que afecta al campo, desde la industria molinera volvieron a reclamar que el Gobierno de por finalizado el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA), ya que el precio del pan subió un 60% desde su implementación en abril.
Luego de que se oficializaran los valores de los productos comprendidos en ese fideicomiso, el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, argumentó: “El pan no debería haber movido su precio durante la vigencia del FETA y en realidad aumentó más de 60% en este lapso. En la primera semana de octubre, los panificados aumentaron 7%. A las buenas intenciones de los funcionarios, las barre la realidad de los costos”.
Sobre eso, agregó: “Lamentablemente, a pesar de los esfuerzos, que me constan, de los distintos secretarios de Comercio y los equipos técnicos para que el fideicomiso público del trigo lograra el resultado buscado, es decir, la contención del precio del pan, los números muestran a las claras lo que siempre hemos pregonado: la harina y el trigo no forman el precio del pan”.
Para la FAIM “es una lástima que semejante esfuerzo económico no se pueda canalizar a través de una herramienta que llegue a nuestros consumidores”.
No obstante, los molineros aseguraron que comprenden la situación social y la problemática de la inflación. “Jamás nos hemos sacado de encima la responsabilidad que tenemos como empresarios de fabricar el producto más sensible de la canasta básica, pero si no llega al consumidor semejante esfuerzo de todos, claramente no sirve, fracasa”, sostuvieron.
Proponen que se subsidie a las panaderías en lugar de los molinos
Los molineros piden que se cumpla con el compromiso anunciado por el secretario de Comercio, Matías Tomboilini, sobre que la vigencia del actual esquema del FETA sería hasta fines de septiembre.
El funcionario pretendía dejar de subsidiar a la oferta de harina, es decir los molinos, que reclaman que se les adeudan los reintegros de la harina subsidiada, para asistir a la demanda, es decir a las panaderías, que se oponen a esa posibilidad.
De hecho, desde la FAIM presentaron, a los sucesivos secretarios de Comercio, opciones para modificar esta situación. Una de ellas fue crear un esquema segmentado, ajustado a la necesidad del momento.
“Como dijo el secretario actual, Matías Tombolini, la propuesta fue la de simular el Previaje, es decir, compensar la demanda y no la oferta de harina porque es imposible controlar que la oferta llegue al consumidor y no se quede en los eslabones intermedios”, recordó Cifarelli.
En ese sentido, remarcó que la molinería no llega de manera directa a las 36.000 panaderías. Por eso, consideró que se debe crear un mecanismo que asegure la llegada.
“El modelo es trasparente, no hay nada que objetar, actúan empresas de primera línea en la auditoría. El modelo no busca ganadores empresarios, busca estabilidad en el precio del pan y que el ganador sea el consumidor, y está a la vista que eso hasta hoy no lo logró”, subrayó el presidente de la FAIM.
“Si hubieran ingresado el grueso del sector molinero y los molinos chicos, probablemente hubieran tenido que cerrar sus puertas porque no habrían podido resistir el atraso del cobro, ya que los subsidios debían sostener el financiamiento de un 50% del costo de producción”, explicó Cifarelli.
Asimismo, aclaró que el precio de la harina subsidiada no refleja el costo y el trigo de referencia FAS teórico, que se toma para el cálculo. no coincide con la realidad del mercado. De esa manera, para Cifarelli, se está ante “la tormenta perfecta".
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