Una familia de cuatro integrantes necesitó en septiembre un ingreso mensual de $128.214 para no caer bajo la línea de la pobreza, tras un aumento de 7,1% ese mes de la Canasta Básica Total (CBT), informó el Indec.
De la misma forma, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), también tuvo un incremento de 7,1% y así un hogar precisó $56.732 para que sus integrantes no sean considerados indigentes. En los últimos doce meses, la CBT experimentó un incremento anual de 81,8% y la alimentaria, un 89 por ciento.
Ambos datos son decisivos para medir el impacto de la crisis económica en los indicadores sociales. Eso sucede porque la canasta básica –que además de alimentos incluye otros ítems del gasto como indumentaria, salud, transporte o educación– determina la denominada “línea de pobreza”. Es decir, los hogares con ingresos menores a la CBT son los que pasan a ser considerados pobres.
De la misma manera, la canasta alimentaria –que tiene un alcance limitado a bienes de primera necesidad– es la que configura la “línea de la indigencia”: aquellas familias que no lleguen a cubrir los ingresos necesarios para adquirir la CBA son indigentes.
El Indec había informado que la pobreza llegó a 36,5 por ciento y alcanzó a 17,3 millones de argentinos en el primer semestre de 2022. En tanto, el nivel de indigencia fue del 8,8 por ciento en los primeros seis meses del año.
La inflación de septiembre se ubicó en el 6,2% y acumuló 83% en el último año. De este modo, el índice de precios al consumidor acumuló 66,1% en los primeros nueve meses del año; el Gobierno admitió que este año la suba de los precios será del 95%, aunque las consultoras prevén que supere el 100 por ciento.
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