El Gobierno colocó deuda por $9,1 billones y renovó así el 61% de los vencimientos que enfrentaba esta semana, que ascendían a $15 billones. De esta manera, el ministerio de Economía dejó casi $6 billones en la calle para aliviar las necesidades de liquidez del sistema financiero, que habían impulsado las tasas de interés.
En total, el Tesoro ofreció 11 instrumentos de deuda, pero tres de ellos se declararon desiertos. Casi un tercio de la demanda se concentró en las letras que vencen en septiembre.
La licitación apuntaba a estirar los vencimientos del Tesoro, ya que en las subastas previas las posturas se habían concentrado en las letras de menor plazo. Por eso, ya desde el llamado a licitación la secretaría de Finanzas dio algunas señales.
Por un lado, extendió la duración del menú de bonos ofrecido en comparación con las operaciones anteriores. Por otra parte, le puso un tope de emisión a las dos letras capitalizables más cortas. Las Lecap que vencen el 12 y el 30 de septiembre, tienen un máximo a colocar de $3 y $4 billones, respectivamente. Finalmente, la colocación estuvo por debajo de esos límites: entre ambas recaudaron poco menos de $3,3 billones.
