La ex diputada nacional Elisa "Lilita" Carrió oficializó su candidatura a presidenta y competirá en las PASO dentro de la alianza opositora. Su decisión azuzó la interna de Cambiemos y sembró una serie de interrogantes políticos.
El anuncio de Carrió fue en una entrevista radial. “Soy candidata para garantizar la unidad, no pretendo ganar, pretendo que no haya un debate a muerte en Juntos por el Cambio”, explicó la dirigente oriunda de Chaco. Quienes transitan el mundo de la Coalición Cívica (CC) sabían desde el año pasado que la ex legisladora avanzaría en esa dirección. También lo conocía el radicalismo, cuyo presidente, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, tuvo una reunión clave con Carrió el pasado 10 de enero.
En cambio, en el PRO no tenían la certeza, pero lo intuían. Es, en parte, la situación interna del partido fundado por Mauricio Macri la que impulsa a Carrió a tomar su determinación. La Unión Cívica Radical (UCR) coincide en esa inquietud. De hecho, Mario Negri, presidente del bloque de la UCR en Diputados, lo exteriorizó taxativamente anoche, en declaraciones televisivas: “Una persona con ese peso y ese volumen, más allá de la competitividad que tenga o no, no le hace bien a la coalición que demore su decisión personal. Pero tampoco le hace bien a los argentinos. Tiene que definirse”, espetó el dirigente cordobés. Una línea similar tiene el radicalismo porteño, cuyo líder es el senador Martín Lousteau.
La CC y el radicalismo entienden que el PRO debe ordenarse para facilitar las negociaciones políticas por las candidaturas -y el loteo de las listas parlamentarias- y, a su vez, permitir una unidad que potencie a JxC en la batalla electoral contra el Frente de Todos. En ese contexto, Carrió considera que las “candidaturas adelantadas” y el tironeo electoral ha generado un “desgaste” que perjudica a la alianza opositora. Ese es uno de los motivos que explican su decisión de lanzar su candidatura presidencial.
“La candidatura a presidenta de Carrió busca garantizar la representación de la pluralidad y que los matices de Juntos por el Cambio se visibilicen en una interna competitiva para abarcar la mayor cantidad de apoyo para nuestro espacio”, explicó hoy Maximiliano Ferraro en su cuenta oficial de Twitter, diputado nacional y presidente nacional de la Coalición Cívica.
Desde ese prisma, Carrió es partidaria de que JxC vaya a una PASO con una proliferación de candidaturas en las categorías ejecutivas y una unidad en las listas legislativas. La ex diputada nacional entiende que esa estrategia genera equilibrio en JxC y beneficia las chances electorales para la elección general de octubre. No obstante, hay otro motivo detrás de ese planteo.
La Coalición Cívica pone en juego una serie de bancas legislativas, tanto en el Congreso nacional como en las legislaturas provinciales, que pretende renovar e, incluso, ampliar. Además de la interna en el PRO, que llega partido a la elección, se agrega que JxC incorporó a nuevos partidos y sectores en los últimos años. Desde el espacio de Miguel Ángel Pichetto hasta la facción liberal de Ricardo López Murphy. Es decir, son más actores en la mesa de las negociaciones que recargarán sus lapiceras para los cierres de listas y fragmentan el loteo parlamentario. Carrió es dirigente política hace más de 30 años y entiende la arena electoral a la perfección.
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