A Luciano Pertossi se lo veía inquieto. La novena audiencia del jucio por el crimen de Fernando Báez Sosa llevaba una hora y media. El fiscal Juan Manuel Dávila y los abogados de la querella, Fernando Burlando y Fabián Améndola, intentaban que los peritos especializados en análisis fácil concluyeran con su declaración y aportaran datos.
Pertossi es uno de los rugbiers más comprometidos por el ataque y lo que estaba presenciando no le gustaba nada. Necesitaba poder dialogar con su abogado para que le diera el permiso de hablar por primera vez de forma pública.
A medida que escuchaba que los letrados que representan a los papás de Fernando se ponían más incisivos con las preguntas, Pertossi sabía que ya no podía callar más.
Por eso mismo, después de decirle algo al oído a su primo Lucas Pertossi, llamó al abogado Hugo Tomei y le dijo que quería romper el silencio.
Tras un breve ida y vuelta entre el letrado y su defendido, repentinamente Tomei interrumpió a los peritos de la Policía Federal Yanina Cuenca, Agostina Matticoli, Ricardo Pisoli y Andrés Bruzzese, y dijo que Luciano Pertossi quería hacerle “una aclaración” al tribunal. Varios de los que estaban allí presentes se sorprendieron y, sin dudarlo, posaron sus ojos sobre el imputado.
Ante la tensa situación, la jueza María Claudia Castro le pidió a los testigos que se retiraran de la sala, y llamó a Pertossi para que pasara al frente a declarar. Nervioso, se levantó y pasó directo a la silla, desde donde dijo: “Decían que yo venía de ese lado, pero yo no estaba ahí, eso quiero aclarar”.
Rápido de reflejos, el abogado Améndola le retrucó: “¿Dónde estabas vos entonces?”. “Yo no quiero responder lo que me preguntás. No quiero responder a ninguna otra pregunta. No se esfuercen en hacer ninguna otra pregunta porque no voy a responder”, contestó Pertossi ante los efusivos cuestionamientos de la fiscalía y la querella.
Convencido de que lo que dijo fue suficiente, el rugbier volvió a su silla y la jueza ordenó un cuarto intermedio para que finalmente terminaran de declarar luego los peritos.
Así, el acusado habló delante de su madre, María Cinalli, y también frente a su hermana, Emilia Pertossi, que trabaja en su defensa junto a Tomei. Ninguna de las dos pareció sorprenderse mucho ante la situación, aunque después del receso Cinalli mostró una mezcla de amargura con preocupación. Si bien siempre la mamá de Luciano Pertossi es muy expresiva en cuanto a sus sentimientos, hoy su ceño fruncido dejaba ver que las cosas no estaban nada bien.
Antes de salir de la sala, cruzó unas breves palabras con Tomei y luego se juntó con el resto de los familiares de los acusados, entre ellos la mamá de Matías Benicelli, el papá y el hermano de Máximo Thomsen, el padre de Ayrton Viollaz y el padre de Lucas Pertossi. Ellos se quedaron adentro de los tribunales, pero fuera del recinto, mientras que el abogado y Emilia se tomaron unos minutos para comer algo en un local ubicado a menos de dos cuadras.
Las palabras de Luciano Pertossi que podrían complicarlo
Si bien lo sucedido marcó un antes y un después en el debate, porque de hecho esta es la primera vez que alguno de los rugbiers decide hablar sobre el crimen del que se los acusa, lo cierto es que algunos creen que no fue la mejor decisión que pudo haber tomado Pertossi para defenderse.
“Lo que dijo es muy significativo para el tribunal. Lo complica más. Él no podía decir dónde estaba porque eso podía perjudicar a otro”, sostuvo el abogado Améndola al término de la novena jornada.
Además, el letrado comentó que ellos ya sabían de antemano que Pertossi era uno de los que aparecían en el video golpeando brutalmente a Fernando Báez Sosa y que por eso aprovecharon la oportunidad hoy para que los peritos lo confirmaran delante de los jueces. “Fue muy importante que los peritos lo dijeran”, aseguró.