Es una alternativa incipiente, pero aparece en algunas conversaciones como una fórmula para superar la grieta del PRO que llevó a que haya cuatro postulantes para el mismo cargo en CABA: ¿Y si María Eugenia Vidal termina siendo la candidata a jefa de Gobierno de todos los líderes partidarios?
El nombre de Vidal para el distrito porteño se instaló en el círculo íntimo de Mauricio Macri, donde preocupa la forma en que su candidato para la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, quien también es el bendecido por Patricia Bullrich, quedó desdibujado luego de que Horacio Rodríguez Larreta sacó a la cancha a tres rivales (Fernán Quirós, Soledad Acuña y Emmanuel Ferrario) para evitar que sea el único referente del PRO para competir en las PASO con el radical Martín Lousteau.
En realidad, hace meses que Macri pensó en la ex gobernadora como la candidata ideal para disputar la Jefatura de Gobierno y llegó a sondearla para conocer su opinión, pero ella dijo que no e insistió en que prefería apostar a su proyecto presidencial. El ex mandatario apoyó su decisión y desde entonces puso a su postulación para la Casa Rosada en un plano de igualdad con las de Larreta y Bullrich.
Dicen que Vidal se enteró de que el macrismo piensa nuevamente en su candidatura para pacificar la dura interna del PRO porteño, pero en su entorno aclararon que no cambió de opinión. “Hay que esperar a marzo o abril”, dijo uno de los dirigentes que más la conocen, aunque admitió que no es sólo una hipótesis de trabajo: “La postulación de María Eugenia va a ser una necesidad de todos”.
En el larretismo aseguraron que el jefe de Gobierno fue el primero que contempló la candidatura de Vidal y que el ex presidente anticipó que aceptaría esa variante como prenda de paz interna.
Es cierto que la postulación de Vidal impediría los daños colaterales de la pelea entre los cuatro dirigentes del PRO que buscan gobernar la Ciudad y, sobre todo, sería una figura que garantizaría la unidad partidaria: es respaldada tanto por Macri como por Rodríguez Larreta. ¿Y Bullrich? “No se negaría a avalarla si Mauricio está de acuerdo”, dijo alguien que habla seguido con la jefa del PRO.
Hay quienes creen que la fórmula del PRO para la Ciudad será Vidal-Quirós, como una forma de que estén representados en el binomio los elegidos de Macri y de Rodríguez Larreta. En este escenario hipotético, la duda es qué pasará con Jorge Macri. ¿Su primo podrá convencerlo de bajarse de la candidatura? ¿Qué le ofrecerá a cambio, considerando que el Rodríguez Larreta ya lo puso en un freezer político? “Puede ser un excelente jefe de Gabinete para María Eugenia”, respondió un referente del PRO. Los larretistas, aún resentidos por su pacto con Bullrich, se muestran ácidos: “Todavía no renunció a la intendencia de Vicente López, así que podría volver de inmediato”.
Es curioso el derrotero de Jorge Macri. Llegó a la Ciudad de Buenos Aires tras acordar con Rodríguez Larreta que no iba a postularse en las elecciones de 2021 en el distrito bonaerense para dejarle el terreno allanado a Diego Santilli. Desembarcó en el gabinete porteño con todo el equipo larretista mirándolo de reojo, pero con el paso de las semanas, sobre la base de su muestra de lealtad al jefe de Gobierno, revirtió la desconfianza y se afianzó en la estructura de poder de la Ciudad.
Incluso se encaminaba a ser el candidato a jefe de Gobierno de todo el PRO, pero Mauricio Macri comenzó a preocuparse por la falta de definición de Rodríguez Larreta en materia de candidaturas porteñas, algo que, a su juicio, evidenciaba una suerte de pacto con Lousteau para gobernar la Ciudad. Por eso, con la idea de forzar a Larreta a tomar decisiones electorales, el ex presidente apuró a su primo a sacarse la foto con Bullrich y a aceptar su apoyo como candidato. La imagen dinamitó la red de apoyos que podría haber tenido Jorge Macri. Se convirtió en el postulante elegido sólo por su primo y la titular del PRO. No sólo se quedó sin el decisivo aparato porteño de su lado sino que en pocos días aparecieron fuertes rivales internos como Quirós, Acuña y Ferrario. Toda una pesadilla.
- Nacionales