A pocos días de cumplirse los 40 años del inicio de la Guerra de Malvinas, excombatientes se movilizarán el próximo martes a la Corte Suprema de Justicia para pedir que se pronuncie en la causa judicial donde se investiga a un centenar de exmilitares por presuntas torturas a soldados de su propia tropa durante el conflicto bélico de 1982, que se encuentra paralizada hace once meses.
"Son 40 años de impunidad. Pedimos a la Corte el pronto despacho de la causa que se encuentra allí por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en la guerra de Malvinas durante la dictadura militar", señaló a Télam Ernesto Alonso, excombatiente y secretario de Derechos Humanos del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata, organismo querellante desde el inicio de la causa en 2007.
La movilización se realizará el martes 22 desde las 12 frente al máximo tribunal ubicado en Talcahuano 550, en el centro porteño, y será encabezada por el Cecim junto a organismos de derechos humanos y organizaciones políticas, adelantó a Télam Jerónimo Guerrero Iraola, abogado de la organización. Después de 15 años de iniciada la causa, que contiene más de 170 declaraciones de víctimas y un centenar de militares denunciados, la Corte Suprema de Justicia debe resolver si los hechos denunciados deben ser o no investigados como delitos de lesa humanidad, lo que los convierte en imprescriptibles.
"Lo que queremos es que se los caracterice como crímenes de lesa humanidad para que se pueda investigar y habilitar el juzgamiento a los artífices del horror en Malvinas. Parte de los militares denunciados han intentado que se declare la prescripción de la acción penal", destacó el abogado.
Entre los presuntos ilícitos se encuentran la imposición de tormentos y la privación ilegítima de la libertad.
El principal medio de tortura denunciado que aparece en la mayor cantidad de casos, según el letrado, fue el estaqueamiento a soldados a la intemperie por prolongados lapsos, en algunos casos sin abrigo ni zapatos en el gélido clima de las islas.
También fueron denunciadas torturas como el enterramiento de pie hasta el cuello en pozos que las mismas víctimas debían cavar, la obligación de sumergirse en agua helada completamente desnudos, golpizas, picanas y la deliberada falta de provisión de elementos de subsistencia.
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