El Gobierno pone la lupa por estas horas en los 13 senadores que integran el bloque de la UCR, necesarios para avanzar en la aprobación de la Ley Bases que logró la media sanción en Diputados. Desde el jueves los legisladores comenzaron a reunirse para lograr una postura en unidad o, al menos, acordar los puntos en los que pedirán modificaciones. Entre las negociaciones de los correligionarios subyacen las fuertes internas que protagonizan sobre el rol que debe cumplir el partido centenario como oposición y el enfrentamiento de la mayoría de los gobernadores con el presidente del Comité Nacional, Martín Lousteau. En el poroteo para el tratamiento que encarará el Senado pesan los votos en contra del DNU y el rol de Evolución esta semana en el recinto.
El fuerte rol que cumplen los gobernadores en el Senado no es ninguna novedad para el arco político. Es por eso que el senador Maximiliano Abad pidió que se convoque a los cinco mandatarios provinciales que tiene la UCR para que expongan en el bloque sobre cuáles fueron las negociaciones en las últimas semanas con los ministros de Javier Milei. En el entorno del dirigente bonaerense dejaron en claro que en los próximos días se dedicará a “ejercer el rol de cámara revisora, evaluando punto por punto el proyecto”.
Tanto Abad, como Lousteau y Pablo Blanco son las grandes incógnitas para el Gobierno - y para el propio radicalismo - sobre todo por el rol que cumplieron en la votación del DNU que Milei emitió a pocas semanas de asumir: un abstención y dos en contra. No es casual que ninguno de los tres responde a gobernador: PBA, CABA y Tierra del Fuego son territorios gobernados por otros espacios, lo que complejiza aún más el poder de acción del Gobierno.
Como pudo reconstruir este medio, este grupo de senadores se resiste a apoyar los cambios que la ley propone en lo referido a Bienes Personales, Ganancias, Monotributo, privatizaciones (en especial Aerolíneas Argentinas), el artículo 111 del paquete fiscal que afectado el Régimen de Promoción Industrial de Tierra del Fuego y moratoria. “Así como está, esta ley beneficia a los más pudientes, ataca a la clase media y perjudica a los sectores más informales”, alertaron.
Por el contrario, Alfredo Cornejo, Carlos Sadir, Gustavo Valdés y Leandro Zdero son los radicales más dialoguistas y quienes estuvieron al frente de la conversaciones en la Casa Rosada con Guillermo Francos e, incluso, recibieron el borrador del proyecto. Además, en el Senado aportan dos votos por Mendoza, dos por Santa Fe, otros dos por Corrientes, uno por Chaco y uno por Jujuy.
“Santa Fe acompaña la aprobación la Ley Bases”, confirmaron a este medio desde el equipo de Maximiliano Pullaro, pese a que mantiene una alianza con Lousteau y protagonizó ciertos enfrentamientos con el Presidente. De todos modos, aclararon que durante el tratamiento esperan plantear algunas observaciones sobre el Régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) y el blanqueo de capitales. Allí serán claves Carolina Losada y Eduardo Galaretto, integrantes de la alianza Unidos para Cambiar Santa Fe que venció al peronismo local en las últimas elecciones provinciales.
“El radicalismo no tiene una posición orgánica, se puede ver con lo que pasó esta semana en Diputados”, analizaron en el equipo del senador Abad. Es que en las dos veces que el Gobierno presentó las distintas versiones de la Ley Bases, la UCR vivió una fuerte interna donde todas las críticas apuntaron contra Rodrigo de Loredo, presidente del bloque, y donde Facundo Manes buscó instalarse como un claro referente opositor dentro del partido con su voto en contra.
Esta semana, cuando la nueva versión logró la media sanción, el neurólogo y otros tres radicales eligieron abstenerse. En cambio, para sorpresa de algunos, los diputados de Evolución -liderados por Lousteau- votaron a favor. Ese antecedente alimenta el rumor de que el presidente de la UCR pueda inclinarse por la positiva en el Senado, aunque sus aliados lo descartan de plano. Por estas horas el economista mantiene el silencio. En Corrientes creen que pueden convencer a Blanco mientras que Abad, fiel a su estilo, mantiene el misterio.
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