A una semana de conocerse la pericia de ADN que confirmó que era de Cecilia Strzyzowski (28) la sangre hallada en una habitación de la casa del clan Sena, y en el colchón y la parrilla de cama que habían regalado los dirigentes piqueteros a un vecino del barrio Emerenciano de Chaco; por primera vez prestó declaración testimonial ante los fiscales el chofer que se encargó del traslado de los muebles.
Hay que recordar que la confirmación de que los rastros hemáticos era de Cecilia se convirtió en una pieza clave en la investigación que lleva adelante un Equipo Fiscal Especial y que refuerza la hipótesis de que la joven “fue asesinada en la casa de los Sena”, según señaló una fuente de la investigación.
Por eso, la declaración de esta mañana en los tribunales de Resistencia del chofer que se encargó de trasladar el colchón y la parrilla de la cama que tenían sangre fue clave. Esa mudanza ocurrió el 6 de junio pasado, a las 9, cuatro días después de la última vez que se vio con vida a Cecilia; y se hizo desde la casa de la calle Santa María de Oro de los líderes piqueteros hasta el barrio Emerenciano.
Los fiscales hicieron un trabajo de hormiga para dar con los muebles: notaron los movimientos tras el análisis de las cámaras de seguridad y así dieron con la empresa mudadora, que aportó los datos del destino. El 22 de junio pasado se hicieron allanamientos en dos casas contiguas del barrio Emerenciano, de donde secuestraron los objetos.
Al prestar declaración, el chofer complicó aún más a los acusados del crimen al confirmar que los muebles “eran de los Sena”. Pero, además, también comprometió la situación de Fabiana González, actualmente imputada por encubrimiento agravado.
El abogado querellante Juan Arregin, quien estuvo presente durante la declaración del chofer, indicó a este medio que el testigo “confirmó que los muebles eran de los Sena”. La versión se opone a la estrategia de Ricardo Osuna, defensor de Emerenciano y César Sena, quien había manifestado: “Si no estaban en la casa, no les pertenecen. La posesión vale título”.
La mudanza se concretó, según el chofer, por pedido de Fabiana González, quien recibió la orden directa de Marcela Acuña.
Sobre el traslado de los muebles, González había aportado datos en una de sus declaraciones indagatorias. En sus dichos hubo incongruencias, pero su relato hace creer a los investigadores que el descarte fue pensado menos de 24 horas después del femicidio.
La leal colaboradora de Acuña había declarado que el sábado 3 de junio pasado, alrededor de las 8, un día después de la desaparición de Cecilia; se presentó a la casa de los Sena junto a su hermana para trabajar. “Estuvo todo normalmente, preparé mate”, contó la detenida.
Y agregó que, en ese momento, bajó por las escaleras la madre de César Sena, quien le dijo: “Yo voy para el barrio. Avisale al chofer, para que traiga el camión y le voy a donar una cama, un colchón, dos muebles que tenía”. Los objetos iban a ser destinados a una joven embarazada que reside en el lugar administrado por los dirigentes piqueteros.
La imputada por encubrimiento agravado señaló en su indagatoria que ejecutó la orden de Acuña ese mismo día y que sacó los muebles señalados de la habitación en la que ella vio ingresar a César Sena el día del crimen. Y contó sobre el chofer: “Pasó a retirar, yo le hice entrar a la casa; desarmó la cama y me ayudo a sacar todo”.
A un mes y 16 días de la desaparición y femicidio de Cecilia, la investigación del caso sigue adelante y se aguardan los resultados de las pericias que el Equipo Argentino de Antropología Forense realiza en la provincia de Córdoba de los restos óseos hallados en el primer rastrillaje en el Río Tragadero.
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