Los lanzamientos de Facundo Manes, Rodrigo de Loredo y Carolina Losada que se conocieron esta semana obligan al PRO a hacer un cambio de planes. Es que los tres dirigentes radicales eran las figuras más codiciadas para integrar una fórmula mixta, ya que en Juntos por el Cambio los consideran -junto con Martín Lousteau- como parte de la renovación del partido centenario. No sólo estaban puestos sobre ellos los ojos de Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, sino también contaban el visto bueno de Mauricio Macri, quien mantiene una relación distante con la UCR. Los equipos estratégicos del partido amarillo trabajan en el armado de nuevos acuerdos con nuevos nombres.
Cuando Alfredo Cornejo confirmó su regreso a Mendoza para pelear por la Gobernación, Bullrich comenzó a analizar la posibilidad de contar con De Loredo o Losada en su fórmula. Si bien la oferta concreta nunca le llegó a la senadora santafesina, los armadores de la ex ministra de Seguridad habían encargado una encuesta que analizara el impacto de una dupla femenina. Los resultados fueron negativos y por eso no avanzaron en la idea. El caso del cordobés fue distinto. La propuesta le llegó en el momento en el que aún peleaba por ser el sucesor de Juan Schiaretti, mientras analizaba ser candidato a vicegobernador con Luis Juez o ir por la intendencia de la ciudad capital. El referente de Evolución nadaba en una lluvia de oportunidades.
Con Losada candidata a gobernadora en Santa Fe y De Loredo en la ciudad de Córdoba, Patricia Bullrich volvió a poner los ojos en Mendoza. “Allá queda un radical desocupado”, en referencia a Rodolfo Suárez, el gobernador saliente. Sería una opción a tono con el acuerdo que hicieron en la provincia, donde Cornejo impulsó su fórmula con Hebe Casado, una mujer muy cercana a la precandidata a presidenta. De hecho, la propia Bullrich la describió como la “persona indicada para acompañar a Alfredo”, porque “siempre estuvo al lado nuestro, es parte del equipo desde el primer minuto”.
Del otro lado, Rodríguez Larreta insiste en la necesidad de incluir a un radical en su lista pero con una única condición: que ese candidato a vicepresidente tenga el apoyo de toda la UCR. Un requisito que hoy no puede garantizar ningún correligionario. Sus apuestas siempre estuvieron en Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Manes. Este fin de semana estuvo en la tradicional Fiesta del Surubí, en Corrientes, donde se mostró cercano al gobernador. “Si sos presidente de la Nación, que creo tenemos todas las chances, queremos que apoyes la Fiesta de Goya porque de Nación no recibimos un peso y es el mundial de pesca; los correntinos merecemos apoyo”, le dijo Valdés al jefe de Gobierno porteño.
El correntino fue reelegido en su provincia el año pasado con más del 76,76% de los votos y, en los últimos meses, se convirtió en el referente de los radicales enfrentados con las autoridades de la UCR. De hecho, fue uno de los impulsores de la foto en la Fiesta de la Vendimia que profundizó la interna de Juntos por el Cambio. Sin embargo, en su entorno se encargar de aclarar: “Gustavo no va a dejar la gobernación para ser vicepresidente”.
Luego del lanzamiento en el Gran Rex de Morales, esta semana Manes confirmó que se sumará a la pelea por llegar a la Casa Rosada. Aunque públicamente descarta la posibilidad de ir a una vicecandidatura, en las últimas semanas mantuvo al menos tres reuniones con Rodríguez Larreta, donde analizaron la situación electoral, la interna de la oposición y la necesidad de llegar a una propuesta que muestre la posibilidad de lograr un gobierno de coalición. “Se vieron y hablaron del tema fórmula mixta pero no hubo una oferta directa”, aclararon desde Parque Patricios.
El entorno de Rodríguez Larreta insiste en que no dará pasos respecto a la conformación de su fórmula hasta que la UCR no logre un candidato de consenso. “Es algo que debe resolver el espacio”, aseguraron en diálogo con este medio y descartan tener un correligionario predilecto. En ese sentido, resaltaron que el jefe de Gobierno porteño tiene un respeto especial hacia el partido centenario que, incluso, le produjo varias internas en el PRO, como por ejemplo, las críticas por impulsar las elecciones concurrentes en territorio porteño. “No es para beneficiar a Lousteau, es para lograr igualdad de condiciones en la competencia”, repiten.
La interna de la UCR
Con la confirmación de la candidatura presidencial de Manes, la UCR se encamina a una pelea por dirimir la interna. El neurólogo y el gobernador jujeño coinciden en que el partido centenario debe llegar a la PASO con un único candidato empoderado pero ninguno da el brazo a torcer. Los cercanos al diputado nacional entienden que las aspiraciones se deben dirimir por consenso, en cambio, en el entorno de Morales recuerdan que ya le propusieron hace unos meses realizar una interna partidaria.
Aunque el partido centenario ya cuenta con dos candidatos a presidente confirmados, en el resto de la dirigencia correligionaria reina el desánimo y la nostalgia. Los dirigentes históricos y los referentes de la renovación sienten que el radicalismo perdió su oportunidad de construir competitividad y alcanzar un empoderamiento que les permita lograr un equilibrio dentro de Juntos por el Cambio de cara al 2024. “Se perdió el affectio societatis dentro del partido”, describen algunos.
En contraposición al desánimo por la construcción nacional, los correligionarios se entusiasman con las batallas en el interior del país, por ejemplo, con las grandes chances que tiene Losada en Santa Fe. Descuentan que retendrán Mendoza y Jujuy y le ponen fichas a que Evolución gane la intendencia de Córdoba, pese a que ven difícil poder ganarle al peronismo con Luis Juez. En la provincia de Buenos Aires, el Comité prepara un acto en Lanús para mediados de mayo para dar una “muestra de fuerza” radical bonaerense, al que esperan que asistan dirigentes de peso en busca de construir un armado que pueda vencer a Axel Kicillof y pueda ponerle un freno al crecimiento de Javier Milei.