La guerra en Ucrania centra la atención en los recientes refugiados que huyen en busca de seguridad, pero deja de lado a los que llevan meses e incluso años esperando protección. Una desigualdad en los planes de acogida e integración que dejan al descubierto a gobiernos alejados de las realidades de quienes llegan a sus fronteras.
Sí a la acogida de refugiados ucranianos, no a la recepción de los solicitantes de otras nacionalidades.
Esta parece ser la premisa de los gobiernos que abren sus puertas impulsados por la guerra que estalló hace más de un mes, pero olvidan que millones hacen fila fuera de sus fronteras o dentro de sus territorios, a la espera de ser acogidos.
Una realidad que se evidencia con la política de urgencia que implementó la Unión Europea para recibir a los ucranianos; directiva existente desde 2001, pero que pasó por el 2015 sin ser aplicada.
Un 2015 que dejó imágenes para la memoria de los miles que llegaron a las fronteras europeas huyendo de otras guerras y crisis.
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