El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, profundizó la purga militar a 10 días de la frustrada intentona golpista del 8 de enero y echó a 13 militares que integraban un gabinete de seguridad de la Presidencia.
El anuncio fue publicado este miércoles en el Diario Oficial de la Unión, un día después de que 40 militares fueran apartados de sus funciones en la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada, en la capital.
De esa manera suman 53 los militares que cumplían funciones en áreas del gobierno que fueron cesanteados por orden de Lula desde que cientos de seguidores radicales de Jair Bolsonaro asaltaron el Congreso, el palacio presidencial y la sede de la Corte Suprema.
Qué funciones cumplían los 13 militares echados por Lula
Los militares separados integraban el Gabinete de Seguridad Institucional, responsable de asistir al presidente en labores de seguridad nacional y política de defensa.
Los cambios ocurren una semana después de que el mandatario manifestara su desconfianza sobre algunos uniformados que cumplen funciones auxiliares en las sedes de gobierno.
Lula dijo que existió complicidad interna de policías y militares durante el frustrado intento de golpe
Entonces, Lula dijo que estaba convencido de que hubo complicidad interna en la invasión del 8 de enero, ocurrida exactamente el día en que cumplía una semana de su regreso al poder.
La reforma en el entorno más cercano de Lula tiene lugar en momentos en que avanzan las investigaciones para determinar quién participó, organizó y financió la violenta invasión a los edificios de la Presidencia (Palacio de Planalto), el Congreso y la Corte Suprema.
Más de 2.000 personas fueron detenidas desde entonces, de las cuales 1.382 continúan en manos de las autoridades.