Perú vive momentos de máxima tensión. La presidenta Dina Boluarte enfrentará una verdadera prueba de fuego para su debilitada gestión cuando miles de manifestantes confluyan en el centro de la capital para exigir su renuncia.
La “Marcha Nacional”, también llamada “Toma de Lima”, coincidirá con un paro nacional convocado por la Confederación General de Trabajadores del Perú, la principal organización sindical del país.
Los manifestantes exigen la renuncia de Boluarte, la disolución del Congreso Nacional y la convocatoria inmediata a elecciones, a poco más de un mes de la destitución de Pedro Castillo tras un fallido intento de autogolpe.
Desde entonces, unas 50 personas murieron en protestas. Boluarte asumió el gobierno el 7 de diciembre en su calidad de vicepresidenta.
“El pronóstico es reservado. En el mejor de los casos confiamos que la protesta sea pacífica. El país no puede continuar con esta seguidilla de actos violentos ni muertes. Los días pasados han sido trágicos y dolorosos y eso es inadmisible en democracia”, dijo Pedro Cateriano, expresidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de Martín Vizcarra.
Miles de personas, procedentes de las regiones de Puno, Cusco, Andahuaylas y Ayacucho, llegaron en las últimas horas a la capital.
Las protestas son motorizadas por seguidores de Castillo. Desde su bastión en el sur del país han tomado rutas, aeropuertos y vías de acceso a varias ciudades. La represión causó al menos 50 muertos, lo que ha desatado una enorme tensión en el país.
Para contrarrestar las protestas, el gobierno decretó el estado de emergencia en las regiones de Lima, Cusco, Callao y Puno, donde además rige el toque de queda.
“El peor escenario sería la renuncia de Boluarte. El país ha tenido no solo una alta rotación de ministros, sino también de presidentes en los últimos años. Y lo que se ha probado es que estas caídas generan mayor inestabilidad y no ayudan a resolver los problemas”, dijo Cateriano.
Cientos de policías y militares se desplegaron en distintos puntos de Lima
En tanto, cientos de policías y militares se desplegaron en las últimas horas en distintos puntos de la capital. Agentes del Ministerio Público y la Policía Nacional controlaban el ingreso de manifestantes en vehículos, procedentes de todo el país.
Boluarte, cada vez más acorralada por las protestas, logró el aval del Congreso para adelantar las elecciones a abril de 2024, pero los manifestantes exigen que los comicios se celebren este mismo año. La mandataria tiene mandato hasta 2026.
Sin aliados ni un partido propio que la respalde, Boluarte llamó al diálogo. “Sabemos que quieren tomar Lima por todo lo que está saliendo en las redes. Y los llamo a tomar Lima, sí, pero en paz y en calma. Los espero en casa de Gobierno para dialogar sobre las agendas sociales que tienen”, dijo la presidenta.
Boluarte además carece de respaldo popular. Según un sondeo del Instituto de Estudios Peruanos, es rechazada por siete de cada 10 peruanos. El porcentaje trepa a 80% en el sur y a 87% en el centro del país.