El expresidente peruano Pedro Castillo, detenido tras intentar disolver de forma ilegal el Congreso, pidió a las fuerzas armadas y a la policía "deponer" sus armas contra los manifestantes en las protestas, que han dejado siete muertos y decenas de heridos.
En una audiencia de apelación por su reclusión preliminar, Castillo dijo que está "injusta y arbitrariamente detenido" en una base policial desde la semana pasada tras ser destituido por el Congreso dominado por la oposición.
"Desde aquí quisiera exhortar a las fuerzas armadas y la policía nacional que depongan las armas y dejen de matar a este pueblo sediento de justicia", expresó Castillo por teleconferencia en la audiencia judicial transmitida por Internet.
El exmandatario, que estuvo en el cargo desde que asumió el poder en julio del año pasado, cumple una prisión preliminar por siete días que se cumplirá el miércoles, si es que la fiscalía no solicita y un juez no aprueba una extensión de la restricción.
"No he cometido los delitos de rebelión y conspiración", reafirmó Castillo. "Jamás renunciaré y abandonaré esta causa popular que me traído acá".
Tras la expulsión de Castillo, su vicepresidenta Dina Boluarte tomó las riendas del país y envió al Congreso un proyecto de ley para adelantar dos años las elecciones generales, una de las demandas en las protestas.
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