Los ministros de energía de la Unión Europea (UE) no lograron superar sus divisiones y fracasaron en el intento de alcanzar un acuerdo sobre la propuesta de la Comisión Europea de un precio máximo para el gas, plan recibido con abierta hostilidad.
El alza en los precios de la energía se tornó una preocupación evidente para los líderes de los 27 países de la UE ya a fines del año pasado, pero la situación se agravó mucho más después del inicio de la ofensiva de Rusia contra Ucrania, en febrero de este año.
En respuesta a las sanciones de la UE por la intervención militar en Ucrania, Rusia recortó drásticamente el suministro de gas a países europeos. Hasta fines de 2021, el barato gas ruso representaba más del 40% de las importaciones energéticas europeas.
Unos 15 países del bloque europeo defienden la adopción de un precio máximo para el gas como forma de enfrentar la fuerte subida de los precios de la energía, mientras que otros países temen el efecto que tal medida tendría sobre el mercado interno.
Josef Sikela, ministro de Energía de República Checa -país que ocupa la presidencia rotativa de la UE-, dijo que una reunión de sus pares del bloque celebrada este jueves en Bruselas para discutir el tema del tope del precio terminó sin acuerdo.
Sikela adelantó desde la capital de Bélgica y sede de las instituciones de la UE que los ministros volverán a reunirse a mediados de diciembre para tratar de acercar posiciones y buscar un acuerdo.
"Mañana todos volveremos al trabajo y comenzaremos a negociar un acuerdo sobre medidas para limitar los precios del gas. Por eso voy a convocar otro consejo extraordinario de energía para la primera quincena de diciembre", tuiteó Sikela.
En la misma línea, anunció que los ministros aprobaron otras dos propuestas, una sobre un mecanismo de solidaridad para países del bloque en dificultades energéticas y otra sobre una agilización de los permisos para fuentes renovables de energía.
Desde su llegada a la sede de las reuniones en la capital belga, los ministros pusieron en evidencia sus reticencias sobre la iniciativa de la Comisión Europea sobre un precio máximo para el gas.
La propuesta lanzada el martes pasado consiste en limitar durante un año los precios de los contratos mensuales en el mercado de gas de referencia (TTF) en cuanto superen los 275 euros por megavatio/hora (una cifra similar en dólares), entre otras condiciones.
El ministro de Energía de Grecia, Konstantinos Skrekas, no logró esconder su decepción.
"Con ese nivel, no es un precio máximo. Estos precios amenazan a los hogares y empresas, hemos perdido demasiado tiempo sin resultados", declaró, informó la agencia de noticias AFP.
La ministra de Energía de Polonia, Anna Moskwa, por su parte, describió las resoluciones de la reunión como "una broma".
"En nuestro país hace 10 grados bajo cero, y no queremos seguir hablando de solidaridad ni de renovables, sino discutir un tope en el precio del gas ahora mismo", sostuvo.
En coincidencia, la ministra española Teresa Ribera dijo que la propuesta de la Comisión era "impracticable e ineficaz".
"Es una propuesta que nunca podría llevarse a cabo y, en ese sentido, creemos que es una broma de mal gusto por parte de la Comisión Europea", dijo.
Además, señaló la funcionaria española, ya "hay una gran mayoría de estados miembros (de la UE) que ve con gran preocupación lo lento que está reaccionando la Comisión" al mandato que recibió de preparar una respuesta de conjunto a la crisis energética.
Tine van der Straeten, ministra de Energía belga, comentó que "es importante llegar a un acuerdo sobre todas las propuestas al mismo tiempo (...) No creo que eso sea posible hoy".
A su vez, la ministra francesa Agnes Pannier-Runacher declaró que el tope propuesto por la comisión es "insuficiente" y "ciertamente no es una respuesta a los precios altísimos" que amenazan a la industria europea.
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