La guerra lanzada por el presidente ruso Vladimir Putin contra Ucrania y la feroz reacción financiera que ha desatado no solo empieza a causar estragos en la economía de Moscú sino en todo el planeta. Si bien antes del ataque las finanzas globales ya estaban bajo presión, ahora las repercusiones de las sanciones sacuden los mercados y surte efectos en la inflación, especialmente a partir de la industria energética.
La guerra de Rusia en Ucrania magnifica cada amenaza financiera que el mundo venía arrastrando tras los bloqueos por la pandemia.
Enfurecidos por la agresión de Putin, Estados Unidos y otras naciones occidentales han apuntado a Moscú con sanciones severas y sin precedentes para una economía de primer nivel. Han expulsado a los principales bancos rusos del sistema de pago internacional Swift, han limitado las exportaciones de alta tecnología a Rusia y han restringido drásticamente el uso que haga ese país de sus reservas en divisas.
Los expertos económicos señalan que al menos, por ahora y en términos generales, los efectos son relativamente leves, pero dependerá en gran medida de la prolongación del conflicto. Con su fuerte dependencia de la energía de Rusia, la economía de Europa ahora está especialmente en riesgo.
Los precios del gas natural se dispararon un 20% después de que comenzó el ataque a gran escala y ahora están aproximadamente seis veces más altos que a principios de 2021.
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