Una huelga de trabajadores británicos del transporte público por mejoras salariales y contra la inflación paralizó a Londres, en el marco de una ola protestas que incluyen a otros sectores como correos y puertos, en el mayor movimiento social de este tipo en décadas en el país.
"Prácticamente no hay servicio" en el subte de Londres, aunque "dos líneas están funcionando a capacidad reducida" con una formación cada 15 minutos aproximadamente, dijo una vocera del operador de transporte público Transport for London (TfL), citada por la agencia de noticias AFP.
El tráfico de los famosos autobuses rojos de dos pisos también se vio interrumpido.
Hace una semana, los conductores de trenes del Reino Unido realizaron una huelga que afectó seriamente el servicio en gran parte del país, reclamando que no recibieron aumentos en los últimos tres años, una situación que calificaron de "inaceptable".
Los trabajadores reclaman alzas de salarios correspondientes a la inflación, que horada el poder adquisitivo y llegó en julio al 10,1% interanual, cifra que podría trepar a 13% en octubre, según las previsiones del Banco de Inglaterra.
Varios usuarios frente a la estación Blackhorse Road, en el norte de la capital británica, expresaron su frustración por la medida de fuerza.
"Voy a llegar tarde al trabajo, necesito llegar al centro de Londres", lamentó una mujer, mientras trataba de subirse a un bus, mientras una vendedora de 25 años, Catherine Ondo, más condescendiente, aseguró que entendía "el mensaje que los trabajadores quieren transmitir a sus jefes", pero reclamó que Londres es una gran ciudad y "muchas personas necesitan llegar a su trabajo".
Según los sindicatos, las negociaciones con los operadores privados del sector están en un punto muerto después de que rechazaron una oferta de aumento salarial del 8% en dos años por parte de Network Rail, la empresa ferroviaria estatal.
El ministro de los Transportes, Grant Shapps, acusó en cambio a los gremios de bloquear la situación y rechazar reformas para modernizar el sector.
La medida de se enmarca en una ola de protestas que involucra varios otros sectores y cuyo denominador común es la pérdida de poder adquisitivo del salario.
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