Más de 1.500 personas llegaron el fin de semana a las costas de Italia, en un fenómeno migratorio que se repite cada verano boreal en el Mediterráneo y preocupa a un país que atraviesa una grave crisis política tras la caída del Gobierno de Mario Draghi.
Las fuerzas de seguridad hallaron cinco cadáveres en un pesquero a la deriva, mientras los barcos humanitarios Sea Watch 3 y Ocean Viking rescataron a más de 600 náufragos que esperan un puerto seguro para desembarcar.
El Ocean Viking lleva a bordo 195 sobrevivientes, tras dos rescates efectuados en botes hacinados no aptos para navegar, indicaron a Efe fuentes de la ONG Sos Mediterránee. En las embarcaciones había muchas mujeres y niños exhaustos después de pasar horas en el mar bajo el sol.
La organización francesa, que lleva dos días en el Mediterráneo, notificó los rescates a las autoridades italianas, al igual que la alemana Sea Watch, cuyo barco Sea Watch 3 navega con 444 personas tras el último rescate, en el que salvaron a 16 migrantes gracias al aviso de Alarm Phone, una línea de ayuda telefónica en el mar.
La inmigración ilegal masiva desde Africa vuelve a jaquear al Mediterráneo
Un pesquero a la deriva con 674 personas fue rescatado este sábado a 124 millas de Calabria, sur de Italia, por un buque mercante, tres patrulleras de la Guardia Costera y una unidad de la Guardia de Finanzas. También encontraron a bordo de la embarcación cinco cuerpos sin vida, informaron fuentes oficiales.
Muchos de los sobrevivientes estaban en el agua. Fueron trasladados por un buque de la guardia costera a puertos de Calabria y Sicilia tras una operación de salvamento en la que también intervinieron un avión de patrulla marítima de la Marina.
La Guardia Costera había rescatado previamente a otros inmigrantes que se encontraban en embarcaciones en condiciones precarias de navegación y en una de las operaciones fue necesaria la intervención de un helicóptero de la base aérea en Catania para realizar la evacuación médica de una mujer.
Casi un millar de migrantes desembarcó en la isla de Lampedusa
Además, unos 900 migrantes, en su mayoría afganos, pakistaníes, sudaneses, etíopes, somalíes, nigerianos, senegaleses y eritreos procedentes de Libia, desembarcaron desde el sábado en la isla de Lampedusa (sur de Italia). El centro de acogida local vuelve a estar saturado con más de 1300 personas, cuando su capacidad es para unos 350
Hace sólo una semana, el hacinamiento y el estado de abandono del centro, con cerca de 2.000 personas y montañas de basura acumulada, llevaron a la Marina italiana a enviar un barco para trasladar a otras ciudades a cerca de 600 migrantes.
Las llegadas de barcazas a la pequeña isla italiana, la más próxima al continente africano, son continuas, a veces después de ser interceptadas por la Guardia costera, pero en muchas ocasiones los migrantes llegan directamente a las playas de Lampedusa.
“Lampedusa en emergencia”, dijo hoy el líder de la Liga, el utraderechista Matteo Salvini, quien aprovechó la situación en ese centro para hacer campaña electoral para los comicios adelantados que se han convocado en el país tras la caida del Gobierno de Mario Draghi.
“El 25 de septiembre, los italianos podrán por fin elegir el cambio: volverán la seguridad, el valor y el control de las fronteras”, dijo Salvini, que ya fue ministro del Interior en 2018 y que puso en práctica una política muy dura respecto a la inmigración.