La tasa de inflación interanual en Estados Unidos tocó máximos de cuatro décadas en enero y se ubicó en el 7,5 %, cinco décimas por encima de la cifra registrada en diciembre, y en un momento tenso para la economía estadounidense cuando se avecina una inevitable subida de los tipos de interés.
El dato es, para tragedia de los consumidores, la mayor subida interanual desde febrero de 1982, según divulgó la Oficina de Estadísticas Laborales, y está por encima de las predicciones de la mayoría de analistas que proyectaban un aumento generalizado de los precios del 7,3 %.
Incluso, el otro dato del que se debe prestar atención, la conocida inflación subyacente que excluye los precios de los alimentos y la energía, aumentó un 6% en el último año, su mayor subida en cuatro décadas.
Los precios de la energía, que incluyen la gasolina, el crudo, la electricidad y el gas natural, aumentaron un 0,9 %, respecto al mes anterior. Subieron incluso lo mismo que aumentaron los precios de los alimentos, según el informe del Gobierno.
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