Los líderes de Francia, Alemania, Italia y Rumania visitaron Ucrania de manera inesperada y denunciaron la "brutalidad" de la invasión rusa, en una señal de fuerte apoyo al Gobierno local, mientras que Rusia insistió en que las entregas de armas de Occidente a Kiev no cambiarán el curso de un conflicto que sufre el pueblo ucraniano.
El viaje del presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Olaf Scholz; el primer ministro italiano, Mario Draghi, y el presidente rumano, Klaus Iohannis, llega antes de tres importantes citas este mes en Europa: una cumbre de la Unión Europea la semana próxima que abordará la candidatura de Ucrania; una del G7 y otra de la OTAN.
En el día 113 de invasión rusa a Ucrania, los gobernantes de las tres principales economías del bloque europeo, acompañados por Iohannis, se reunieron en Kiev con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y visitaron la localidad suburbana de Irpin, donde deploraron la devastación que sufrió por ataques de Rusia, que la ocupó.
Los cinco dieron luego una conferencia de prensa conjunta en la que los líderes visitantes dijeron apoyar una candidatura "inmediata" de Ucrania a la UE, en una fuerte señal de apoyo al Gobierno de Zelenski antes de la cumbre europea del 23 y 24 de junio en Bruselas.
Zelenski dijo que Ucrania estaba "decidida a trabajar" para convertirse en "miembro de pleno derecho" del bloque europeo.
"Los ucranianos ya se ganaron el derecho de emprender este camino y alcanzar el estatus de candidato" a una adhesión", dijo, informó la agencia de noticias AFP.
Macron, Scholz y Draghi llegaron juntos a la capital ucraniana, en un tren especial que partió desde la vecina Polonia, dijeron la televisión alemana ZDF y el diario italiano La Repubblica, que publicó una fotografía de los tres en el convoy.
Sentados alrededor de una mesa en lo que es descrito por el diario italiano como un vagón especial, los tres dirigentes aparecen en plena discusión con vasos de agua y una carpeta enfrente.
Apenas arribados, fueron a Irpin, que quedó destruida por combates librados en las primeras semanas de la guerra y donde murieron muchos civiles.
Allí, Macron condenó la "barbarie" de los ataques rusos, reiteró que había indicios de crímenes de guerra y elogió el coraje de las fuerzas ucranianos que defendieron la cercana capital.
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