El papa Francisco puso en el camino de la santidad a Antoni Gaudí, el modernista catalán que llegó a ser conocido como “arquitecto de Dios” por su trabajo en la Sagrada Familia, la mundialmente famosa basílica de Barcelona.
Francisco reconoció sus “virtudes heroicas” y autorizó un decreto declarándolo “venerable”, un paso hacia la santidad, según dijo el Vaticano en un comunicado. Para el próximo paso, la beatificación, tendría que verificarse un milagro que le sea atribuido. Después de eso, sería necesaria la confirmación de otro milagro más para que Gaudí fuera declarado santo por la Iglesia católica. El proceso puede durar años, incluso siglos.
La basílica conmemoró la decisión del pontífice indicando en su página web que, tras la muerte de Gaudí a los 73 años, un importante prelado de la época le llamó arquitecto de Dios, y que la Sagrada Familia “abre los corazones a la belleza con su belleza”.
Antoni Gaudí i Cornet nació el 25 de junio de 1852, muy probablemente en Reus, España. Años más tarde se trasladó a Barcelona, donde estudió arquitectura, licenciándose en 1878. Tras trabajar en algunos pequeños proyectos, según la página web de la basílica, “pronto se convirtió en uno de los arquitectos más solicitados y empezó a aceptar encargos de mayor envergadura”.

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