Rusia comenzó a sufrir en carne propia el precio de su aislamiento internacional tras lanzar la invasión a Ucrania. El canciller Sergei Lavrov debió a cancelar su viaje a Serbia, uno de sus mayores aliados, después que tres países europeos le negaron una solicitud para que el avión oficial atravesara sus espacios aéreos nacionales.
La decisión adoptada por Bulgaria, Macedonia del Norte y Montenegro de prohibir el paso del avión oficial ruso por sus espacios aéreos provocó una airada reacción del Kremlin. Las tres países son miembros de la OTAN y fundamentaron su decisión en las sanciones que pesan sobre Moscú y que afectan a Lavrov en persona.
Moscú calificó de “escandalosa” la decisión de tres países europeos de prohibir el paso en sus espacios aéreos al avión de su canciller
Lavrov tenía previsto mantener conversaciones con funcionarios serbios en Belgrado. Serbia es hoy uno de los pocos aliados que le quedan a Moscú en Europa a causa de la guerra.
El canciller ruso dijo que la medida adoptada en forma conjunta por esos tres países europeos es escandalosa y afirmó que las relaciones con Belgrado no serán “destruidas”.
Tras cancelar su viaje, Lavrov invitó a su homóloga serbia, Nikola Selakovic, a visitar Rusia.
Un importante funcionario del Ministerio ruso de Exteriores dijo a la agencia Interfax que la visita, prevista para este lunes y martes, debió suspenderse porque “nuestra diplomacia aún no ha logrado teletransportarse”.
- Internacionales