Tras más de un mes de relativa calma, Rusia retomó sus bombardeos contra Kiev con misiles crucero de largo alcance. Los blancos fueron distintos puntos de los suburbios al este de la capital de Ucrania, en especial las áreas de Darnytskyi y Dniprovskyi.
El ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigú, dijo que el objetivo fue la destrucción de tanques T-72 provistos a Ucrania por distintos países europeos. Según afirmó, estaban almacenados en galpones y talleres mecánicos de la periferia.
“Los misiles lanzados desde el aire de largo alcance y alta precisión de las Fuerzas Aeroespaciales Rusas destruyeron tanques T-72 y otros vehículos blindados suministrados por países de Europa del Este que se encontraban en los edificios de una empresa de reparación de automóviles”, informó el Ministerio de Defensa de Rusia.
Vladimir Putin amenazó con destruir el armamento entregado por Europa
Estos fueron los primeros ataques rusos contra Kiev desde fines de abril. Además, las fuerzas rusas dispararon misiles contra la localidad de Brovary, en la región de Kiev, según el alcalde, Ihor Sapozhko.
El presidente ruso, Vladimir Putin, había amenazado con atacar y destruir las entregas de armas provistas por países europeos a Ucrania.
La amenaza fue hecha a la televisión estatal rusa después que Washington anunció la entrega de un avanzado sistema de lanzamiento múltiple de misiles guiados por satélite. Incluso, el canciller ruso, Sergei Lavrov, advirtió sobre el riesgo palpable de que un “tercer país” sea arrastrado al conflicto bélico en directa alusión a Estados Unidos.
Se trata del llamado Himars, un sistema de lanzamiento múltiple montado en camiones y cuyo alcance se calcula entre 36 y 65 kilómetros.
Estados Unidos estima que estos sistemas podrían mejorar la capacidad defensiva de Ucrania, hoy limitada por el corto alcance de sus sistemas de artillería.
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