Una gran parte de Sudamérica se encuentra atravesando una sequía de niveles históricos, la cual transita la región por segundo año consecutivo. Esta problemática enciende las alarmas de cara al futuro, en línea con los efectos del cambio climático. En países como Brasil y Paraguay, la situación es preocupante. En el primero, los incendios y la prolongación de una sequía arrasaron bosques, humedales y pastos, con el humo extendiéndose por el 80% del país. En el segundo, el río Paraguay bajó a niveles jamás registrados, provocando que los barcos estén varados y la desaparición de la cantera más valiosa para los pescadores, obligándolos a buscar otras formas de alimentar a sus familias. Una de las ciudades más afectadas en territorio brasileño es San Pablo, provocando que se registre la peor calidad de aire del mundo. Además, otros lugares sufrieron un fuerte aumento de la contaminación atmosférica, lo que ha llevado a las autoridades a cancelar las clases, posponer los desfiles al aire libre e instar a la gente a permanecer en sus casas. De acuerdo al Ministerio de Salud de Brasil, cada vez más personas buscan atención médica por problemas respiratorios. Además, en Ecuador sufren constantes cortes de suministro eléctrico que han llegado a las 14 horas en el día; y en Colombia una situación similar, pero con el agua a intervalos regulares. La situación es crítica a tal nivel que el alcalde de la ciudad afectada, Bogotá, pidió a la gente que se bañen en pareja. A todo esto, el Amazonas -el mayor sistema fluvial del mundo- tiene largos tramos que se han convertido en playas secas y marrones. Este río sustenta a unas 30 millones de personas en ocho países.
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