El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, hizo campaña en un local de comida rápida de McDonald’s en Pensilvania, uno de los estados clave para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. El expresidente se puso un delantal y pasó unos minutos cocinando papas fritas junto a los empleados y las repartió a través de la ventanilla para recoger pedidos desde el vehículo. Se trató de una operación de campaña destinada a denunciar lo que calificó como una mentira de Kamala Harris, su rival en las elecciones, que contó que en su juventud trabajó en uno de los locales de esa tradicional cadena de comida rápida.
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