El ejército israelí bombardeó decenas de posiciones de Hezbollah en Beirut y el sur de Líbano. Al mismo tiempo, prosiguió su ofensiva contra Hamas en la Franja de Gaza, donde rescatistas reportaron más de 70 muertos. Los bombardeos contra la periferia sur de Beirut, bastión del movimiento chiita libanés, se producen al día siguiente de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusara al grupo proiraní Hezbolah de tratar de asesinarlo. Israel anunció que un dron había sido lanzado desde Líbano hacia la residencia del premier, que no se encontraba en el recinto situado en Cesarea, una ciudad del litoral central del país. Hezbollah no reivindicó el disparo, pero la misión iraní ante Naciones Unidas afirmó que el grupo chiita estaba detrás del ataque.
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