El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, está profundamente preocupado por la infiltración israelí en importantes cargos del gobierno de Teherán. Por ello, permanece en un lugar seguro dentro de Irán desde el sábado, tras las muertes de los máximos jefes de Hezbollah, Hassan Nasrallah, y de Hamas, Ismail Haniyeh, los dos grupos proiraníes en guerra con Israel. Jamenei incluso “ya no confía en nadie”. La preocupación por esa supuesta infiltración israelí se extendió también a Hezbollah, que lleva adelante una purga interna, dijeron fuentes iraníes y libanesas citadas por Reuters. Las mismas fuentes dijeron incluso que Jamenei le advirtió a Nasrallah que huyera del Líbano días antes de que el líder del grupo terrorista libanés muriera en un ataque israelí en Beirut el 27 de septiembre. La muerte de Haniyeh provocó una mayor conmoción interna en Irán: el líder de Hamas murió en un atentado explosivo el 31 de julio en Teherán. Si bien Israel no confirmó la autoría del ataque, todas las miradas apuntaron a los servicios de inteligencia del gobierno de Benjamin Netanyahu. El ataque ocurrió en pleno corazón de Irán, lo que desató todas las alarmas.
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