Con la mirada fija en los independientes y en el voto latino, Joe Biden y Donald Trump protagonizan este jueves el primero de los dos debates presidenciales previstos antes de las cruciales elecciones del 5 de noviembre. Será, en la práctica, el punto de partida de una campaña que aún no comienza oficialmente, pero que tiene en vilo no solo a los estadounidenses, sino al mundo entero por su impacto en las guerras de Ucrania y Gaza. Por un lado, Biden tiene el enorme objetivo de mostrarse vital y lúcido, a sus 81 años y con otros cuatro por delante en caso de conseguir la reelección. Por otro, Trump llegará al debate como el primer expresidente condenado penalmente en la historia del país y con una sentencia prevista para el 11 de julio. Pero ambos candidatos, curiosamente, aún no fueron nominados por sus partidos, aunque ya aseguraron sus triunfos en las internas. Trump, de 78 años, aceptará la postulación del Partido Republicano en julio en Milwaukee. Biden lo hará recién en la convención de agosto en Chicago. “Biden va a intentar recuperar el voto latino, que ha perdido en parte, y a la juventud, que empezó a migrar del ala demócrata a partir de la guerra en Gaza. Trump apelará a su núcleo duro y a todos los que se sumen por fobia a la inmigración”, uno de los grandes temas de la campaña, dijo el analista internacional Claudio Fantini.
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