El príncipe William, heredero de la corona británica, retomó sus actividades oficiales para ocupar el vacío dejado por su padre, el rey Carlos III, que se mantiene alejado de la vida pública tras anunciarse esta semana que padece un cáncer. “Apreciamos mucho los amables mensajes” de cariño recibidos, dijo Wiliam a periodistas, cuando llegó a una gala benéfica en Londres, a favor de la London Air Ambulance. Poco antes, el primogénito del rey, que desapareció de la escena pública al decidir acompañar a su esposa Kate tras la misteriosa operación abdominal a la que se sometió hace tres semanas, asistió a un acto en el Castillo de Windsor. Allí, William, de 41 años, entregó unas condecoraciones a ciudadanos en reconocimiento a sus acciones comunitarias.
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