El ejército brasileño activó medidas de emergencia en los últimos días ante la posible invasión de Venezuela a Guyana, en medio de un conflicto originado en torno a la región del Esequibo, rica en petróleo, pero controlada por su vecino oriental.
Las fuerzas brasileñas realizaron un despliegue sin precedentes en esa zona, ya que limita con los dos países en disidencia, con el fin de salvaguardar la soberanía nacional y la seguridad de la región.
De hecho, se puso en marcha una movilización que incluye el despliegue de 16 vehículos blindados multitarea (VBMT) de la Quinta división del ejército a Boa Vista. Además, se acercaron tanques Leopard, indicando la gravedad de la amenaza percibida y la necesidad de una respuesta defensiva.
Por su parte, las autoridades venezolanas continúan adelante con un referéndum programado para el próximo domingo, mediante el cual le consultará a sus ciudadanos, entre otras cosas, si están de acuerdo con la posición de Caracas de rechazar la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre la región del Esequibo, y aceptar un plan para incorporarla y crear un estado llamado Guayana Esequiba. Además, le otorgaría a su población la ciudadanía venezolana.
En abril, la CIJ, como se conoce formalmente a la Corte Mundial, dictaminó que tenía jurisdicción sobre la cuestión, pero podrían tardar años en llegar a un fallo final sobre el caso.
Guyana, por su parte, había solicitado al tribunal que emitiera medidas de emergencia para detener la votación. El territorio de Esequibo, de 160.000 kilómetros cuadrados, es en su mayor parte una selva impenetrable y ha sido durante mucho tiempo objeto de una disputa fronteriza entre los dos vecinos sudamericanos.
El reclamo de Venezuela sobre el Esequibo se reactivó en los últimos años tras el descubrimiento de petróleo y gas cerca de la frontera marítima. El mes pasado Guyana anunció otro descubrimiento importante en áreas marinas.
El Esequibo cuenta con más de ocho millones de hectáreas de bosque en los que habitan especies únicas de la zona, así como otras consideradas en peligro de extinción. La principal amenaza a la estabilidad de su biodiversidad es el auge de la minería de oro. Esta actividad, tanto legal como ilegal, ocupa un área de más de 109.000 hectáreas y generó,al menos, la deforestación de 31.000 hectáreas.
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