Apenas se conocieron los resultados de las presidenciales, donde Emmanuel Macron reeditó su triunfo electoral, Francia ya mira a la nueva cita con las urnas: las legislativas del 12 y 19 de junio. Durante el próximo quinquenio, el presidente deberá gestionar una política de equilibrios para salir ileso entre la ultraderecha de Le Pen, reforzada por el mejor resultado de su historia, y una izquierda sólida de la mano de Jean-Luc Mélenchon.
"Una nueva era". Estas fueron las palabras del recién reelecto Emmanuel Macron tras ganar la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 24 de abril. Macron entró en grupo de los (re)elegidos junto a Jaques Chirac y François Mitterrand y Charles De Gaulle.
El presidente, líder de su proyecto personal La República En Marcha, obtuvo el 57,4% del favor de los franceses, pero reconoció que un porcentaje de los apoyos que cosechó no fueron a su favor, sino para frenar el ascenso de su rival, Marine Le Pen, quien, no obstante, se hizo con el mejor resultado de la historia del ex Frente Nacional, hoy Agrupación Nacional, el partido ultranacionalista fundado, entre otros, por su padre Jean-Marie en los años setenta.
“La ira de quienes votaron por Le Pen debe ser abordada”, comentó Macron a los pies de la Torre Eiffel, en el acto multitudinario tras la publicación de las primeras estimaciones donde se congregaron sus fieles en la capital francesa.
"Soy consciente de que este voto me obliga", añadió Macron, conteniendo el triunfalismo y consciente de que en poco menos de dos meses los franceses volverán a las urnas para votar en unas elecciones legislativas donde el presidente aspira a reeditar también su mayoría en el Legislativo.
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